La muerte es terrible, cuando es de algún familiar, el desconcierto y el dolor, nos llevan a sentir una honda pena y nos sentimos aturdidos por un buen tiempo. Si la muerte se lleva a una persona anciana nos decimos “…ya ha vivido, ha dejado de sufrir, Dios no ha querido que padezca más…”, si es un niño se vuelve un martirio, “…no puede ser, ¿dónde está Dios?…pobre criatura…”. En los pueblos pequeños, es motivo para despedirse del finado con café y pan de velorio (no existe manjar tan agradable, pareciera que el difunto le echara algunas cosas mágicas, de ahí el dicho, ¡Qué rico pan y café de velorio!), su aguardiente y su hoja de coca. Mientras avanza la noche las anécdotas, del que yace horizontalmente, se van exteriorizando y las risas se alargan hasta a los dolientes recordándolo con afecto, para rematarlo, ya con el alba, con un exquisito caldo de carnero y su rocoto molido en batán. Los familiares más cercanos, acurrucados en esteras y frazadas, a lado del cajón; y, de vez en cuando oyéndose los lamentos de tristeza de los que lo amaron en vida. Y el sufrimiento, cuando lo llevan (a los Colorados) al Camposanto, de los allegados y familiares se acrecienta y las lágrimas caen por doquier, contagiando a los acompañantes. Y se recuerda a Vallejo, “…Hasta cuando este valle de lágrimas, a donde yo nunca dije que me trajeran…”
Pese a ser serrano, come papa, mote y tokosh, la música criolla me encanta, no más que mis huainos, eso es seguro. Los embajadores criollos, Isabel “Chabuca” Granda, Felipe Pinglo, Lucha Reyes, César Miro, etc. Sus canciones han calado en lo más profundo del sentimiento peruano, no creo que sólo a mi, sino a todos los que orgullosamente nacimos en este bello país. De alguna manera el fallecimiento de don Arturo “Zambo” Cavero nos ha entristecido, pero ahí estarán sus interpretaciones mientras vivamos y así lo seguiremos recordando tarareando sus canciones, aunque los “gallos” nos salgan al querer llegar a su envidiada voz.
De ahí a que sea ungido cual mártir de la peruanidad, hay mucho trecho. Qué lástima que el presidente de la República aproveche el sentimentalismo peruano para hacer de las suyas. Le entregó “La Orden del Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz” (¡Qué tal nombrazo!), la Municipalidad “La medalla de la Ciudad de Lima”, el Congreso no se quedó atrás, el defensor de los DDHH (“…son cojudeces…”), don Cipriani se sumó a los homenajes. Fueron múltiples, bien por tan popular cantante criollo, seguro que lo merecía. Pero no es nada sacrosanto aprovecharlo para levantar sus imágenes tan venidas por los suelos de tan insignes gobernantes; mientras se firmaba la entrega del Terminal de Paita a nuestros eternos “amigos”. No es de sorprenderse. La televisión, radios, medios escritos, nos saturaron con la noticia llegando a ser patético. Y más aún, el desfile de cuanto payaso farandulero con los ojos llorosos, llenos de hipocresía, con la voz quebrada, daban el adiós al gordo Cavero…con las disculpas de los criollos, me puse a escuchar mis huainitos y leyendo un poco a Rose. Si así se acordarían y le dieran más tribuna a esos personajes que defienden, defendieron, poniendo en alto a nuestro Perú con su pluma, su esfuerzo: los grandes poetas, luchadores sociales, madres que luchan por la supervivencia de los suyos; si estos medios de comunicación pusieran grandes notas por ellos, estoy seguro que la balanza de nuestra identidad se equilibraría por el bien de tantos jóvenes que ni saben quiénes son.
Hay quienes creen que mi alejamiento con los del ASUC (Asociación Sucrence en Cajamarca) es por una frase peyorativa de mi persona hacía ellos. Muchos de ellos, con unas copas de más, me lo han reclamado airadamente. Con esta aclaración, no debería hacerlo, es irrelevante, lo hago por los amigos que están confundidos, no para los que con saña despotrican a mis espaldas.
Había llegado a la casa de mi compadre Octavio Rojas Zegarra, más conocido como “Agu”, hace buenos años para invitarle ir a la fiesta de mayo. “Compadrito, yo ya no tengo casa y cuando voy y miro la casa donde viví con mis padres y hermanos, mi niñez y adolescencia, siento una penaza, no compadrito”, “Para eso está la casa, tiramos dos colchones al suelo, porque seguro que sólo a dormir vamos a llegar”, “Eso sí, diga compadre”, “Claro compadre, anímese”. Mientras me recitaba algunos poemas de su creación, seguíamos charlando, es muy agradable platicar con un hombre de su experiencia. “Mire compadrito, si me consigo doscientos soles, nos vamos a mi Huauco, pero si no lo consigo, no voy a poder ir compadrito”, “¿Tanto compadre?, para el cañazo con cincuenta es suficiente”, “Cierto compadrito, muy cierto”. “Si me consigo los doscientos morlacos compadrito y los vecinos me pregunten, don Tavito, ¿qué tal su fiesta?, ahhh, eso es fiesta carajo, de la patada pues. Pero si no lo consigo estamos fregados compadrito, ahí si me preguntan ¿qué tal fiesta don Tavito?, les diré,…yo no me voy a fiesta de indios”.
Quien conoce a este buen hombre no podría decir que la última frase la dijo insultando a sus coterráneos, sería tonto pensar así. Pero como lo conté en una reunión baquiana, lo tomaron como mía, al no participar los domingos con ellos. En el fondo hay algo de cierto, no con lo de indios, sino, con el no llevar dinero para acompañar a los que luego del partido se ponen a festejar; a mí que me gustan los tragos, sin dinero y con los comadreos correspondientes, es mejor alejarse.
Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147
2 comentarios:
Excelente Elmer!!!!.... y te apoyo totalmente con respecto al Zambo Cavero, a mi ese espectáculo me pareció demasié eh? no puede ser, esta bien que sea un ícono de cantantes criollos pero llegar al grado de ganarse tantas medallas????? ahora resulta ques un héroe?? luchó contra alguien??? que de que????? lo que vale ser amigo de Alan.....uffffff, lo que gastaron ahí deberían de haberlo gastado en vida dándole al zambo una mejor calidad de vida..... en fin.... este es el País de las maravillas vivo en el, AMO A MI PERU!!!!!! pero hay cosas y cosasssssss.....
Mañana no nos sorprendamos de que a Lucía de la cruz le den su medallón jejejejej, besazo tio ;)
Patricia:
Gracias Paty, por ahí está el doctor García Zarate Raúl, exponente máximo de nuestra música autóctona, con una guitarra en la mano ha deleitado a gente de todo estrato social, y, más aún, ha hecho vibrar con sus cuerdas personas de todo el mundo. Quién se acuerda de él?
Al pobre Zambo lo han tomado para ganarse unos puntos en la encuesta, y eso que se viene Frontón y Cayara, a ver si ahí el fantoche de Alan se salva.
Gracias otra vez...un beso tía.
Elmer
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