WITOTADAS
Enero del 2010
A qué serrano no le asusta Lima, sobretodo, si su vida entera la ha pasado en un pueblo alejado del mundanal capitalino. A mi particularmente me encrespa, los primeros días es un verdadero martirio, poco a poco vas acostumbrándote a la vida agitada, y si es en fiestas de fin de año, terrible por Dios.
En la capital me encontré con José Luis Aliaga Pereyra, mis deseos de conversar de la buena revista Fuscán se dio en los términos más cordiales posibles. No sé hasta el día de hoy, qué y cuál es su relación con los que manejan el Blog, de lo que estoy seguro y agradecido es que fue por su intermedio que se publicaron algunas Witotadas. Me parece que el nuevo blog que quiere sacar, en caso sigan con la cantaleta de seleccionar los artículos, “Tingotazos y…” es una buena idea. ¿Qué pasa con los amantes de las corridas de toros y los que detestan la misma, se puede ser fundamentalistas hasta el extremo de cerrar los ojos a la diversidad? Acaso nos creemos dioses para decir esto es bueno y esto es malo, desechemos de nuestro arraigo cultural ciertos dogmas que nos hacen ver al vecino, que por eructar, es un adefesio. Lo peor, dejan en el aire a personas con una gran capacidad intelectual como don Jorge Horna, El Paco, etc., etcétera.
Siempre seré participe, y muchas veces nos toca directamente, de la gran frase de que “La estupidez humana es infinita”. El director de la revista Eco Sucrense, se acercó a don Edwin Tinoco Silva para hablarle de la revista, como de paso pedirle alguna sugerencia y apoyo en su próxima publicación. Todo estaba bien, Edwin con esa energía que lo caracteriza, “…claro, estamos en comunicación y vemos que podemos hacer…”. Eco Sucrense siempre me ha parecido una revista interesante, incluso, el año pasado me pidieron colaborar con ella, le envié a don Neptalí Zegarra Salazar la entrevista que hice a Edwin Tinoco, “Conversación sobre ruedas”, no lo publicó, sus razones habrá tenido y no tengo ningún derecho a reclamar. Raudo fue a su casa a traerle una revista para mostrarle orgulloso el diseño, el papel y los artículos publicados en él (la mayoría del intelectual y escritor, Olindo Aliaga Rojas, hasta la editorial pareciera de él), mirando y ojeando la revista, “…chévere, con todo gusto Tili…”. “…por si acaso Edwin, son cinco soles…”, con una sonrisa de oreja a oreja, “…claro, nunca pensé que iba a ser gratis Tili…, gracias”. No son los cinco soles, es el gesto. Los que me leen creen acaso que podrá colaborar con Neptalí, “…con la revista puedo estar presto, pero con su director nones Negrito”.
Una gran alegría sentí la noche calurosa del 30 en Lima, al encontrarme en las inmediaciones del ovalo de Santa Anita con el salvador del puesto de Lircay la noche fatídica del quince de octubre de 1983. Don Jorge Luis Bustamante Santa Cruz, un fuerte abrazo y una sonrisa dibujo nuestros rostros al volver a encontrarnos después de mucho tiempo. La conversación giró, como era de esperarse, por esos recovecos casi olvidados de esa noche, cuando Sendero Luminoso quiso aniquilarnos por la obediencia enfermiza a sus mandos. Pero ahí estábamos, no sólo los dos, que soportamos con valor y miedo todos los embates de los criminales terrucos. Ahora con el paso de los años, vivos, con familias, tomándonos un par de cervezas, queriendo llorar, pero aceptando la realidad que nos tocó vivir. Siempre seremos hermanos Burrito, siempre. La sangre, la pólvora, las lagrimas, las puteadas, las mentadas de madre, el frío, la pelota, las mujeres, las traiciones (como la del ayacuchano que escondido nos esperaba), las borracheras interminables, los cigarrillos, hasta las mariconadas, serán por siempre nuestro arraigo amical. Un fuerte abrazo Burrito, ¡¡¡¡¡¡¡Basura!!!!!!!!!!!!
Días y días, corren y se acumulan. Mirando sin mirar los programas televisivos en el cuarto del hotel, a solas, con mi eterno cigarrillo que me acompaña leal y fiel por donde vaya. Esperando angustiado la llamada que me saqué del sopor que entumece mis sentidos de tanto pensar. Que interesante sería tener a alguien que copié nuestros pensamientos cuando estamos a solas, nos vienen unas ideas magistrales, a veces no hay ni siquiera un lapicero que haga algunas notas, para después tener qué escribir. Pero ahí estaba el buen amigo, “Negrito, vente dentro de diez minutos”, “Hey Negrito, date un baño, en especial los huérfanos, salimos dentro de un rato”. Gracias mil Compañero, nuevamente me sentí en la gloria, platicar con vos es estar en otro mundo literalmente. Lastima que no haya sido como queríamos por las razones obvias que conocemos, en mayo será diferente, espero. Una nueva “Conversación” salió esos días que muy pronto la estaré publicando.
El 31 para el primero fuimos MUS (Movimiento de Unidad Sucrense), Milton, con esa energía desbordante que lo caracteriza, planteó que se haga una reunión de paisanos en el local del MUS ese día, aceptando la directiva gustosa. Al comienzo parecía que iba a ser un fracaso, pero los paisanos llenaron las expectativas de la nueva directiva del MUS, que por cierto, mis felicitaciones a cada uno de ellos desde esta tribuna. Encontrarse con ellos en Lima es una experiencia muy diferente, nos llena de gozo, de tristeza, de emociones encontradas y sobre todo, de ternura al ver a amigos casi olvidados.
Como todo viaje es una aventura, no podía faltar la aventura desagradable. Había tomado un taxi Tico amarillo para trasladarme de regreso a Cajamarca, éste, al ver las calles vacías por las fiestas de fin de año, corría como un demente (Schumacher quedaba como Chancay de 0.10 céntimos). Con el cinturón de seguridad y mi maletín entre mis piernas, (a lo serrano) iba midiendo las esquinas por donde pasaba vertiginoso el pequeño vehículo. En una de ellas, un Toyota, Station se cruzó intempestivamente, los frenos no aguantaron el impacto y ¡Recorcholis!, nos sacamos la ñoña. Los golpes que sufrí no fueron de consideración, dolían, los lentes volaron (¡Oh Dios!, de la que se salvaron mis ojos azules); más pena me dio el taxista por el pequeño carrito, quedo destrozado. Felizmente no me llevaron a ninguna delegación policial, hubiese sido tedioso. Una noche de observación, algunos medicamentos para el dolor y la inflamación y adiós. Tenía que sucederme algo diferente, no todo es alegría y bohemia en esta vida, ¿verdad?
Elmer Castillo Díaz
Enero del 2010
A qué serrano no le asusta Lima, sobretodo, si su vida entera la ha pasado en un pueblo alejado del mundanal capitalino. A mi particularmente me encrespa, los primeros días es un verdadero martirio, poco a poco vas acostumbrándote a la vida agitada, y si es en fiestas de fin de año, terrible por Dios.
En la capital me encontré con José Luis Aliaga Pereyra, mis deseos de conversar de la buena revista Fuscán se dio en los términos más cordiales posibles. No sé hasta el día de hoy, qué y cuál es su relación con los que manejan el Blog, de lo que estoy seguro y agradecido es que fue por su intermedio que se publicaron algunas Witotadas. Me parece que el nuevo blog que quiere sacar, en caso sigan con la cantaleta de seleccionar los artículos, “Tingotazos y…” es una buena idea. ¿Qué pasa con los amantes de las corridas de toros y los que detestan la misma, se puede ser fundamentalistas hasta el extremo de cerrar los ojos a la diversidad? Acaso nos creemos dioses para decir esto es bueno y esto es malo, desechemos de nuestro arraigo cultural ciertos dogmas que nos hacen ver al vecino, que por eructar, es un adefesio. Lo peor, dejan en el aire a personas con una gran capacidad intelectual como don Jorge Horna, El Paco, etc., etcétera.
Siempre seré participe, y muchas veces nos toca directamente, de la gran frase de que “La estupidez humana es infinita”. El director de la revista Eco Sucrense, se acercó a don Edwin Tinoco Silva para hablarle de la revista, como de paso pedirle alguna sugerencia y apoyo en su próxima publicación. Todo estaba bien, Edwin con esa energía que lo caracteriza, “…claro, estamos en comunicación y vemos que podemos hacer…”. Eco Sucrense siempre me ha parecido una revista interesante, incluso, el año pasado me pidieron colaborar con ella, le envié a don Neptalí Zegarra Salazar la entrevista que hice a Edwin Tinoco, “Conversación sobre ruedas”, no lo publicó, sus razones habrá tenido y no tengo ningún derecho a reclamar. Raudo fue a su casa a traerle una revista para mostrarle orgulloso el diseño, el papel y los artículos publicados en él (la mayoría del intelectual y escritor, Olindo Aliaga Rojas, hasta la editorial pareciera de él), mirando y ojeando la revista, “…chévere, con todo gusto Tili…”. “…por si acaso Edwin, son cinco soles…”, con una sonrisa de oreja a oreja, “…claro, nunca pensé que iba a ser gratis Tili…, gracias”. No son los cinco soles, es el gesto. Los que me leen creen acaso que podrá colaborar con Neptalí, “…con la revista puedo estar presto, pero con su director nones Negrito”.
Una gran alegría sentí la noche calurosa del 30 en Lima, al encontrarme en las inmediaciones del ovalo de Santa Anita con el salvador del puesto de Lircay la noche fatídica del quince de octubre de 1983. Don Jorge Luis Bustamante Santa Cruz, un fuerte abrazo y una sonrisa dibujo nuestros rostros al volver a encontrarnos después de mucho tiempo. La conversación giró, como era de esperarse, por esos recovecos casi olvidados de esa noche, cuando Sendero Luminoso quiso aniquilarnos por la obediencia enfermiza a sus mandos. Pero ahí estábamos, no sólo los dos, que soportamos con valor y miedo todos los embates de los criminales terrucos. Ahora con el paso de los años, vivos, con familias, tomándonos un par de cervezas, queriendo llorar, pero aceptando la realidad que nos tocó vivir. Siempre seremos hermanos Burrito, siempre. La sangre, la pólvora, las lagrimas, las puteadas, las mentadas de madre, el frío, la pelota, las mujeres, las traiciones (como la del ayacuchano que escondido nos esperaba), las borracheras interminables, los cigarrillos, hasta las mariconadas, serán por siempre nuestro arraigo amical. Un fuerte abrazo Burrito, ¡¡¡¡¡¡¡Basura!!!!!!!!!!!!
Días y días, corren y se acumulan. Mirando sin mirar los programas televisivos en el cuarto del hotel, a solas, con mi eterno cigarrillo que me acompaña leal y fiel por donde vaya. Esperando angustiado la llamada que me saqué del sopor que entumece mis sentidos de tanto pensar. Que interesante sería tener a alguien que copié nuestros pensamientos cuando estamos a solas, nos vienen unas ideas magistrales, a veces no hay ni siquiera un lapicero que haga algunas notas, para después tener qué escribir. Pero ahí estaba el buen amigo, “Negrito, vente dentro de diez minutos”, “Hey Negrito, date un baño, en especial los huérfanos, salimos dentro de un rato”. Gracias mil Compañero, nuevamente me sentí en la gloria, platicar con vos es estar en otro mundo literalmente. Lastima que no haya sido como queríamos por las razones obvias que conocemos, en mayo será diferente, espero. Una nueva “Conversación” salió esos días que muy pronto la estaré publicando.
El 31 para el primero fuimos MUS (Movimiento de Unidad Sucrense), Milton, con esa energía desbordante que lo caracteriza, planteó que se haga una reunión de paisanos en el local del MUS ese día, aceptando la directiva gustosa. Al comienzo parecía que iba a ser un fracaso, pero los paisanos llenaron las expectativas de la nueva directiva del MUS, que por cierto, mis felicitaciones a cada uno de ellos desde esta tribuna. Encontrarse con ellos en Lima es una experiencia muy diferente, nos llena de gozo, de tristeza, de emociones encontradas y sobre todo, de ternura al ver a amigos casi olvidados.
Como todo viaje es una aventura, no podía faltar la aventura desagradable. Había tomado un taxi Tico amarillo para trasladarme de regreso a Cajamarca, éste, al ver las calles vacías por las fiestas de fin de año, corría como un demente (Schumacher quedaba como Chancay de 0.10 céntimos). Con el cinturón de seguridad y mi maletín entre mis piernas, (a lo serrano) iba midiendo las esquinas por donde pasaba vertiginoso el pequeño vehículo. En una de ellas, un Toyota, Station se cruzó intempestivamente, los frenos no aguantaron el impacto y ¡Recorcholis!, nos sacamos la ñoña. Los golpes que sufrí no fueron de consideración, dolían, los lentes volaron (¡Oh Dios!, de la que se salvaron mis ojos azules); más pena me dio el taxista por el pequeño carrito, quedo destrozado. Felizmente no me llevaron a ninguna delegación policial, hubiese sido tedioso. Una noche de observación, algunos medicamentos para el dolor y la inflamación y adiós. Tenía que sucederme algo diferente, no todo es alegría y bohemia en esta vida, ¿verdad?
Elmer Castillo Díaz
4 comentarios:
Jajajajajaj este gato pon Dióó, como un tipo de 1,85 va a tomar un tico?????? no jodas pe tio ahí no alcanzo ni yo con mi 1,50 uffffffff..... pa la proxima visita a Lima provinciano? pues subete mínimo a un carro más grandecito.......
Besazos tiiiiiiiiio guapo y un beso a Ed y a Milton muakkkkkk ;)
no tienes idea de lo gratificante que fué para mi el encontrarnos después de muchos años, como diria el gran confucio : "de puta madre" mi muy apreciado y querido "revolver de museo" mención aparte para tus witotadas, en verdad tienes un gran talento. suerte y un fuerte abrazo.
Carambas, gracias por los comentarios.
Tía, los Ticos son más baratielis pe. La próxima llamo a Taxi Seguro, vas a verlo.
Burrito, me acabas de dejar intrigado, cómo es eso de "Revolver de museo", si Lircay no nos mato, te doy vuelta yo mismo eh.
Un abrazo
Yo te saco de la duda Elmer, "Revolver de Museo" quiso decirte viejo pero de una manera sutilmente educada ;) tqm jajajajajaj
pd. o que ya tas oxidao? o que ya no disparas? bueno.....la cosa va por ahi jejejejej :P besos
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