Perú

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22.2.10

Sin ofender a los que aman la institución.

WITOTADAS




Hay comentarios cargados de razón, “el peor insulto es aquel que está cargado de razón”, quién no ha escuchado, cuando un policía detiene la combi que nos lleva, decir a los pasajeros; “…dale sus cinco lucas,…están misios,…seguro quieren para su fiesta”. Cuando pasa esto y el chofer baja con los documentos, separando los cinco soles a vista y paciencia de los pasajeros, y, vuelve muy campante comentando, “…carajo, ahora está cerca los carnavales y no quieren cinco, sino diez”; me duele en el alma. Alguna vez vestí el uniforme de la Guardia Civil y felizmente la superioridad me destacó a lugares donde “coimear” era penado con la muerte por Sendero Luminoso (lo que no me gustó de ellos era que también morían los que gustaban de las féminas, pregúntele a su líder cuántas tenía. Por eso no tuve muchas). “Ni para robar son inteligentes”, cierto.

Uno de mis mejores amigos de la Guardia Civil (los dedos de una mano son demasiados), no mencionaré su nombre por motivos obvios; para estos menesteres, un genio. Trabajábamos en Pilpichaca, Huancavelica, en un puesto de control, donde necesariamente los vehículos tenían que detenerse. Este, ponía una escoba que no era escoba, sino un adefesio de ella a la entrada de la oficina. Cuando el chofer quería darle, “un sencillo jefe para su cafecito”, el muy ofendido le decía, “…mire señor, nosotros no queremos su sencillo, mire cómo está nuestra escobita...”, “…jefe, encantado, tenga para la escobita”, “…de ninguna manera, ¿cómo crees? (medio mexicano), usted se puede ir a traer la escobita de la tienda del frente”. El chofer o ayudante, prestos se iban a traer la bendita escobita. Como eran doce horas de servicio, al terminar el suyo, se lo veía cargando docenas de escobas llevándolas nuevamente a la tienda, oscurana ya.

Si algún familiar cae en manos de la policía, es toda una tragedia. Quién no ha sido joven y atrevido, más aún si está con unas copas de más. Acaso a la nueva generación de policías no les enseñan el buen tino en sus intervenciones con estos jóvenes. Y peor aún, cuando vas a saber más del por qué los han detenido, se creen dioses, es ahí cuando recuerdo las palabras de Facundo Cabral, “qué es un general desnudo…”, imagínense un subalterno, quienes tienen un trato horroroso. Unos tragos, unos porros, una bronca, no son motivos para tratar a los petimetres inmaduros, de delincuentes. Como cualquier padre, se asusta cuando uno de sus críos es detenido, éstos fungiendo de “amigos”, se comportan como verdaderos pusilánimes. En la prevención de estas comisarías deben tener personal con cierta cultura, con buen trato, al rico y al campesino tratarlos con dignidad, como ser humano. El pueblo se los agradecerá.

Lo digo con dignidad, pues en mi cuerpo llevo heridas de bala de los asesinos de la “Cuarta espada” vestido de Guardia civil, así que ningún, ahora si, moroco oliendo a papa a la diabla, me lo puede refutar.

¿Quién se atreve ponerle el cascabel al gato?



Elmer Castillo Díaz
DNI: 26731147

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