Achaques...sólo eso...achaques

WITOTADAS

Qué duda cabe, con la edad hasta hipocondríacos nos volvemos. A veces esa obsesión enfermiza por nuestra salud sale de los parámetros y nos llega a afectar tanto que la cama es el último refugio. Hace unos veinte días un absceso en la encía interior de la mandíbula derecha, me molestaba un poco. No le hice caso, son pequeñas molestias que preocupan sólo cuando le pasas la lengua. Un día de esos, al tantearlo con la sin hueso, sentí algo extraño, estaba duro y parecía una pequeña piedrita como si se hubiese calcificado, y no había dolor. Extraño, ¿no? Se me vino a la mente el “Carcinoma de células escamosas”, por la rigidez y lo indoloro. Exámenes, pruebas, y demás análisis de seguro que dirían, “no más cigarrillos señor”. Así que comencé a fumar como despidiéndome de este viejo amigo que me acompañó desde adolescente y fue conmigo a donde haya ido, tendría que matar a un buen amigo. Mi carácter cambió y estaba como desalojándome de todo lo que me rodea, hasta con la tortuga de la casa fui cariñoso, pese a que se oculta en su caparazón cuando me acerco.
Anteayer en la mañana lavándome los dientes y pasando con fiereza las cerdas por el lugar afectado, como no había dolor, pasé nuevamente mi apéndice lingual por el lugar, sentí un ligero cambio, una espinita marcaba la diferencia. Con el meñique hurgué el lugar, se podía arrastrarlo con la uña. Salió por fin el motivo de mis noches de insomnios, era una astillita minúscula de hueso de (no diré faisán ni wagyu porque ni los conozco) de pollo. Mi alma volvió al cuerpo después de estar vagando por el mundo de mis recuerdos. ¡Qué alivio Dios mío!...Pero luego, no sé si es hipocondrianismo (palabra inventada), amanecí con un dolorcillo intenso en el nudo del dedo gordo, volvió a atormentarme…esa historia es otra.

Las pasiones que rodean nuestras vidas varían, los sentimientos mandan en nuestros corazones. Mientras más queremos alejarnos de ellas, más tormentosas son, atrayéndonos de manera vertiginosa sin poder controlarlos. A veces no quisiera leer nada, tirarme a la cama y no tener ningún escrito en la mesa de noche. Pero hay un gusanito, es casi insignificante, que va creciendo y haciéndose monstruoso, ya no nos pide a buenas maneras tomar el libro…sino, nos atormenta para tomarlo, y, pasar los ojos para deleitarnos capturando las imágenes que nos brinda el autor. Es una pasión tormentosa que embriaga, los sueños se convierten en realidad y los personajes son tan reales que charlamos con ellos, como si los conociéramos de años. El Huauco es pasión pura, Minopampa, sus callecitas, sus apus, su Quintilla, la Misionera, los Colorados, los amigos de verdad, Josheritas y me atrevería a decir; su gente y sus odios, la puñalada en la espalda, pero también la familiaridad que nos une…todos somos familia… Sucre es pasión incontrolable. Es esa pasión que se vuelve amor y odio a la vez, sentimientos semejantes. Tengo amigos pasionales, poquísimos, ahí están…siempre en mi corazón.

Hace poco una amiga me pedía consejos acerca del amor. Dios, soy tan neófito y tonto en esos avatares, que cualquier joven me podría dar escuela. Seguro como me ve algo arrugadito y serio, pensó, “este tío sabe de esas cosas”. Y yo también no podía quedarme atrás, saque pecho y le dije, “lo que desees amiga” (no lo malinterpreten ¿eh?, hasta un consultorio en el Huauco quería poner, “Dr. Papito Corazón”). Un diván imaginario, (estábamos caminando por esas callecitas sucreñas) y toda la atención posible, Freud se sorprendería por mi solicitud desmesurada y profesional hacía la paciente. En realidad esa actitud sólo era de rostro, mi cerebro estaba en otro lado…escuchaba sin escuchar. Eso sí, entendí el fondo de su problema. Cuando terminó y esperando que el “profesional” le dé el tratamiento, tuvo que darme un golpe con el codo para despertarme, con una sonrisa muy orondo le dijo: “Necesitas un profesional amiga…y va en serio ¿eh?, lo tuyo es peor que lo mío…así que a Trujillo o Lima, urgente, now!

En Sucre hay una antena televisiva municipal que nos provee de señal, dos puro novelas y el otro, que es de DirecTV. Este último, a veces nos pasa partidos de la Copa Libertadores, otras de la Champions League, algunos más de CMD. Cuando no hay fútbol, todo el santo día nos tiene con un programa por demás pueril, sin interés, pareciera que ponen este programa para que las personas se vayan a las telelloronas y se apasionen por éstas. En casa, encima para variar, hemos movido la antena por todos los resquicios posibles e imposibles, mejorando la señal para mal. El canal de deportes es una completa fatalidad en nuestros televisores, se cruza con uno de Celendín y eso lo hace más horrible que cuando prendíamos, hace décadas, nuestra tele y salían mosquitos por toda la pantalla. Y no sólo es en casa ¿eh?, varios usuarios se unen a mi insignificante reclamo. Imagínense el mundial, no podría ver nada, absolutamente nada. Señores autoridades, mejoren la señal pues, o compren lo necesario para poder ver los goles de Lionel Messi, por favor.

Les recomiendo a mis amigos lectores y a los no también, ¿por qué no? ingresar al blog Chungo y batán, está “Palabra enraizada” del acucioso investigador, poeta y lingüista Jorge Horna. Los cuentos magistrales de mi amigo Cabezón Lucho, su última producción, sencillamente fantástica, “El plato, la cuchara y el beso”, recomendado ¿eh? Felicitaciones Luis.

Hasta pronto…

Elmer Castillo Díaz
DNI: 26731147


P.D. Lolo, mi buen amigo, muchas gracias por ser como eres…no cambies Lolo, por más estrellas que tengas sobre los hombros, en la inmensa oscuridad de nuestra policía, brillas con luz propia sin necesidad de tener ese brillo efímero sobre tus hombros.
Edwin, deschávate, ¿mandas al ejercito ruso a impedir el tsunami en Sucre?
Gustavo…ese silencio como que molesta…saludos a tu viejo.
Yoyita…gracias nuevamente.
Y a vos, mil gracias por estar ahí…