Perú

Perú

22.4.10

WITOTADAS

Mi osamenta nuevamente comienza a moverse con normalidad. Hay momentos en que nuestra alma se paraliza y ni siquiera podemos respirar, somos humanos. Arguedas decía, “…he llorado muchas veces de tanto hablar con mi alma”. Nunca estamos solos, siempre hay mil personas en nuestra cabeza…la familia…los amigos, nuestras fantasías, pero sobre todo, nuestras pasiones. Estas son muy fuertes que sólo nuestra alma tiene derecho a hacerlas conocer. Puedo ir diciendo que me gustan las piernas de Lady B., o el derriere de Vanessa Tello, pero no podría decir qué haría con ellos, esos pensamientos pecaminosos y veniales deben estar encerrados con una buena llave en un buen lugar.

¿Valdrá la pena abrir nuestras pasiones a un amigo?...yo creo que sí. Entre los íntimos es recurrente, ¿nos pasa verdad Compañero? como anécdota un ejemplo. Conversaba con un amigo en una esquina de Minopampa, los que pasamos de cincuenta sólo nos queda hablar un poco de mujeres y de nuestras proezas pasadas. Venía hacía nosotros una damita interesante, agraciada, joven y se cimbreaba sabiendo lo que tiene. El espectáculo fue mejor cuando pasó, me comprenden, creo. Checa, que me acompañaba, me dice: “Negro, si te la presta, ¿le darías un quiño?”. Carambas, mi respuesta fue espontánea, “…a tí te doy tu quiño si me lo prestas, qué será a ese hembrón”. Y para darle su quiño a Checa hay que tener buen estomago ¿eh?. Esto pasa muchas veces entre los que tenemos una relación amical y coloquial, la chacota, el bromeo, la pendejada y las muchas de las veces, ocultamos lo más profundo y tortuoso, que sólo el alma entiende, porque sólo ella sabe de nuestras cuitas.

He comprobado que no debemos sentirnos mal por expresar lo que nos hace estremecer de felicidad, tristeza, duda, desconfianza, hasta de lo desconocido de un amigo. Quién no ha sentido celos de que la niña de tus sueños le sonría a un desconocido; o sentir un placer indescriptible cuando te dicen, “Aún no viajas y ya te extraño y encima sintiendo celos”. En Italia es normal que dos buenos amigos se den dos besos en la mejilla, es un signo de tu cariño y querer hacía ese ser especial. Acá si me doy dos besos con mi amigo seguro que se me chorrea el helado.

Uno de los pensadores más grandes de la historia fue condenado a morir tomando la cicuta. Sócrates en prisión recibía la visita de sus pupilos, quienes compungidos, llorosos, algunos valientes se atrevían a murmurar calladamente en contra sus juzgadores y condenadores. El sabio veía cómo sus “calichines” desfallecían de pena por tan cruel e injusta sentencia, empleando su sabiduría una de esas tardes con olor a tristeza honda, les preguntó; “…díganme, ¿llorarían igual si fuese culpable?”.



Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147

3 comentarios:

Patty dijo...

A nuestra edad Elmer ya sería raro que nos quedáramos callados, pa eso estamos pa decir lo que querramos caiga bien o mal....... nosotros nos sentimos bien cuando nos expresamos con soltura....

Me gustó mucho tu post.... un besazo tio del alma muakkkkkkk

Anónimo dijo...

Hola Elmer:
Muy cierto lo que dices, nunca estamos solos aunque a veces nos sentimos así, la familia, los amigos siempre estarán con nosotros. Concuerdo en que hay pensamientos que a veces deben guardarse muy dentro, y s{i creo que vale la pena compartir con los amigos. Mmmm ... hoy estoy de acuerdo en muchas cosas contigo, no debemos sentirnos mal por expresar lo que sentimos, aunque a veces no nos comprendan, pero al final los verdaderos amigos lo entenderán. Celos, Elmer? Hay una frase:"En los celos hay más amor propio que amor", y si amas y tienes confianza en una persona no deben existir celos.
Un abrazo, cuídate

Elmer dijo...

Tía:
Usted como siempre acertada con sus comentarios, su gran experiencia de muchisimos años...jejeee, cierto tía. Había alguien que dijo, "Con libertad, no temo ni ofendo". Un abrazo Patricia, bailaremos en la mesa tía?...
Chao.

Amigo Anónimo:

Cuando expresamos lo que sentimos, a las personas por las cuales sentimos cariño, aunque nos duela lo expresamos...cuántas veces hemos "odiado" a nuestros padres cuando nos aconsejaban de, "Hey Elmer, ponte lentes...y un gorrito, así no te van a molestar las chicas", y no le hacía caso al tío y resultaba con algunas chicas demás en las fiestas. (Desde esa época uso lentes, ahora cocho sigo eh)já. Ahora adultos muchas veces le repetimos a nuestros hijos los consejos de nuestros padres, con puntos y comas.
Gracias Anónimo, los celos son normales, hay que saber controlarlos, ahí está el arte de llevarse bien con "Otelo".
Chao