Perú

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19.7.10

WITOTADAS

Hay pocas cosas que me incomodan, una de ellas es escuchar el continuo clamoreo de esas personas que se quejan de todo, ojo, de todo ¿eh? cuanto se hace, o les parece mal, o les parece por lo menos poco. De éstos, hay muchos. Si alguien está haciendo una modesta casita de adobes, no falta alguien que contemplándola, diga, “…por qué has puesto la puerta ahí, acá quedaba mejor…ese maestro que has contratado no sabe nada, aparte que es un borracho y coquero (individuo que chaccha coca),…¡¿tanto te está cobrando ese maldiciao?!…”. Sonreí al escuchar que esto le decía al dueño de la casa, una persona muy noble e incapaz de reaccionar, uno asiduo a este tipo de menesteres de quejumbroso. Al salir la esposa se puso a escuchar a esta persona de edad y respetada por el pueblo. De un momento a otro se acercó al “susodicho” y propinándole someras cachetadas le decía, “…qué mierda tiene que ver usted, nosotros hacemos nuestra casa como nos de la gana…” (por lo menos lo trataba de usted). Es una lastima que no haya de este tipo de mujeres en cada esquina donde los parroquianos se deleitan hablando de tuti li mundi.

No podemos tachar a un candidato porque no haya podido surgir más que los otros en su vida. Toda persona tiene derecho de ser candidato, no importando su condición social, cultural y económica. Acaso no hay soldados que tiene más valor que un general, maestros de obra que corrigen al ingeniero jefe de obras, alcaldes sin estudios superiores tener gran éxito en su gestión (como ejemplo el de Bambamarca que tiene cuatro periodos), aunque a mi las reelecciones me huelen a corrupción. Seguramente los que se presentan sin esos pergaminos creen tener la suficiente capacidad para ser autoridades y sólo ellos van a saborear las eses de la victoria o la derrota, de su cara intrepidez. Sino, veamos el ejemplo de ese chinito que nadie daba un centavo por él, llegó a gobernar dos periodos, se iba a la tercera sino se destapa lo nauseabundo que oculta el poder con el video de Kouri y Montesinos.

En política todo vale, dicen que en el amor también todo vale, no lo creo; en el amor se juegan otros sentimientos, de valores, de crianza, de educación y lógicamente; de amor. El amor no es poder, la política si es poder. Los seres humanos nos lanzamos al poder como se lanza un perro, que nunca a probado una chuleta, de muelas por una buena tajada de bistec, sin importarle al canino si se lleva de encuentro a tu abuelita que pasa por ahí de casualidad. Por estos días los nuevos y viejos políticos, ansiosos por el poder, saldrán a la calle a derrochar sonrisas, apretones de manos, abrazos múltiples, los ágapes a discreción y los regalitos a borbotones. No escatimarán absolutamente nada ofreciendo lo imposible, los políticos odian a los que no pueden engañar, sienten desprecio por el que se burla de sus propuestas disparatadas…Dios, si ganara uno de ellos, el odio gratuito será la marca de los ingenuos (me refiero a que “en política no hay ingenuos”, Alan García Pérez). Como dice la salsa, “…para político no…”. Déjenme de vagoneta, con mis sueños, con mis pasiones, con mis amigos, con mis recuerdos…y que se vaya al carajo la política sucia. Pero sé que los hay honrados, y, éstos, difícilmente llegan al poder.

Todos los viernes por la tarde, cinco y media, la matinée bailable arranca estruendosamente. Los jóvenes de Sucre y alrededores se congregan para disfrutar de un sábado chico. La entrada es barata, un sol para el mocerío y libre para las chavalillas. Los mancebos y los ya no tanto, liberan sus hormonas bailando, tomándose unos tragos, fumándose unos cigarrillos y algunos porros, “paleteando” a alguna chiquilla que está pasada de tragos. Si buscas diversión un viernes en la tarde en Sucre, fácil, vas a este local y lo pasas chévere. La imagen mejora cuando entras de noche por primera vez y la pequeña piscina le da un toque especial al local. En si, el ambiente es agradable. Con una salvedad mis estimados organizadores. Para los próximos eventos es justo y necesario que haya seguridad, no se pueden aceptar y menos tolerar los libertinajes, escándalos, pendencias, abusos y bataholas que se arman en el mismo recinto. Para eso está la Gobernación, quien se encargaría de prestar garantías de seguridad a los concurrentes y a los que pasan por sus inmediaciones, con la fuerza del orden. Pero creo que para esto se tiene que oficiar a la autoridad correspondiente, cosa que hace mucho se han olvidado de hacerlo.

Para aquellos que me preguntan del por qué escribo con “puntos suspensivos”. Me gustan los puntos suspensivos…son puertas que quedan entornadas…finales abiertas…palabras que puedes leer o entender, tal vez a tu manera…son puntitos que siguen a las palabras allá donde van…restos de letras que no llegan a escribirse…o quizá…sólo pensamientos que no llegaron a tomar forma…como por ejemplo:…no te vayas…que rico ceviche ¡Cómo pica coño!… ¿quieres un Sublime?… ¡Viva el Perú carajo!...y así seguiría…eternamente.

Los candidatos no tienen ningún respeto por la propiedad ajena, si ven tu pórtico cerrado y saben que no pernoctas en él, prestos ponen su propaganda con engrudo que pega más que el famoso “Triz” en paredes y puertas, que para sacarlos tienes que mojarlos dañando las paredes y la madera de la puerta. Acaban de poner en distintos lugares, algunos con la venia del propietario, muchos sin ella. Me llamó la atención qué, han puesto unas cuantas en la recién parchadita y pintada casa de don Gilberto Zegarra Sánchez…seguro que cuando uno de sus descendientes lo vea, explotará (tal cual el increíble Hulk), y, el candidato que sonríe tan apaciblemente es su flamante frontis, no se detenga a su lado, recibirá algunos no tan santos adjetivos. Es una recomendación, nada más y si es Alberto, mejor que se esconda.

De Sucre a Celendín hay casi diez kilómetros. Así que si sacamos cuentas, en veinte minutos estás en Celendín haciendo tus compras, o en este tiempo de fiestas patronales en honor a su Virgen del Carmen, observando el colorido que le pone su gente. Y, ¿cómo no?, tenemos que irnos con la ropa dominguera, la que usamos para un cumpleaños, un matrimonio, incluso, algunos nos bañamos, afeitamos y perfumamos. Sucre es una casa grande, todos nos conocemos; Celendín es una pequeña ciudad…instituciones, colegios, institutos, universidades; personas de toda laya. Existen tres empresas de autos: Calapacho, Sucre-Cel y Santana-Chaquil. Deberían exigirles, no sé quién o qué autoridad, que los vehículos deben estar bien aseados y sus conductores también, por supuesto. Viajar con o en uno de ellos, es llegar en condiciones lamentables, bajamos con el fiestero y los ánimos hechos una desgracia.

Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147








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