Perú

Perú

1.3.12

WITOTADAS








Llegaron los carnavales, fiesta popular y ancestral, capaz de alegrar al más triste y renegón del pueblo, salvo que por esos días se tenga un muerto en la familia…, la diversión está asegurada, téngalo por seguro. El departamento de Cajamarca está considerado como “La Capital del Carnaval peruano”, no por gusto lleva semejante distinción. “Si quieres gozar, si quieres bailar, a Cajamarca has de visitar”. El mes del año donde recae tan inolvidables fiestas se conjuga y juega con la naturaleza, es el mes donde más llueve en todo el departamento, y en casi la mayoría de poblados de los Andes peruanos, pero esto en vez de opacarlo, lo hace más entusiasta y cultural. “Por qué haría Dios los carnavales con tantísimo aguacero…”.


Los carnavales cajamarquinos hace unos buenos años se ha vuelto algo cosmopolita. Las añejas y sanas costumbres han sido remplazadas: la exquisita chicha de jora por la espumeante cerveza, la guitarra con la templada acorde a la ocasión por equipos de música moderna, los bailes costumbristas por grupos del momento, orquestas y juegos diferentes, dicen que es por la globalización y la modernidad. Es un tema que los sociólogos, psicólogos, historiadores y entendidos en la materia deben estudiarlo y confrontarlo, a mi me queda sólo escribir acerca del pueblo que me cobijó cual útero desde mi adolescencia, el Huauco, ahora Sucre. Con todos los cambios y transformaciones que se han venido produciendo, sigue siendo espectacular, cualquiera que haya asistido y, obvio, divertido en Cajamarca, lo puede confirmar.




Felizmente en las provincias y distritos, más aún, en los caseríos, se conservan las costumbres que lo hacen únicos. En Cajamarca aún sobreviven algunas costumbres, pero es familiar, las visitas que llegan con guitarra, acordeón y charolas, “…si no fuera carnaval cuando me has visto llegar…”, apenas son recibidos con dos cervezas y luego, sutilmente, despedidos. Para ellos no hay los exuberantes y ricos potajes, sólo los encontrarán en sus casas, pero con las cervezas o la chicha, se van contentos a seguir la jarana a otra casa y a otro amigo.


En nuestro distrito se han perdido algunas costumbres, posiblemente se deba a la situación económica, siempre ha habido pobreza en el pueblo, pero es esa gente agobiada por ello la que más goza, sale a cantar, bailar y a gritar por su barrio querido, que algunas veces terminan en grescas pasajeras defendiendo lo que creen que es mejor, por mi parte no me cansaré de decirlo, aunque les duela a los otros dos barrios, Minopampa es único, el mejor, pese a que reconozco que la Toma y el Centro se unen para quemarle el pastel, ni aún así, predomina el “¡Minooooooopaaaaammmmmmpaaaaaaaa!”, de ahí las broncas.


Nunca podré entender el por qué los carnavales caen los diferentes primeros meses del año, algunas veces son en enero, otras en febrero y algunas en marzo, me parece que se debe al año, pero cualquiera que sea el mes, el carnavalero comienza a tararear sus coplas después de año nuevo, con la ayuda de las emisoras que se ponen en sintonía con el pueblo. Por ejemplo, los jóvenes con globos en mano afinan la puntería en las espaldas de las agraciadas jovencitas, o ellas, con recipientes escondidas en sus balcones, bañan a los transeúntes que pasan por su vereda. En Sucre existían los pachacos, grupos de jóvenes de ambos sexos, que visitaban a los barrios con balde en mano, teniendo la acequia en el centro y el agua a la mano, buscaban camorra a los otros mozalbetes que también estaban dispuestos a no dejarse pisar el poncho. Los inolvidables “pachacos” se han perdido, así como algunos platos típicos que hacían históricas las mesadas.


Los buenos banquetes son parte del acervo y el arte culinario ancestral de Celendín en los carnavales, que por cierto, “Mistura” halagaría y difundiría y quién sabe si lograría galardones y aplausos. De los vecinos distritos comentaré: José Gálvez y Sucre. Tres variados y suculentos platos son su orgullo, pocas familias lo siguen relamiendo y conservando por tradición.


Comencemos por la Sopa de pan, donde se utiliza el quesillo, pan, cebolla china y algunos ajicillos verdes, para darle consistencia y picor al suculento platillo. El Caldo estofado de tres carnes, gallina casera (con los pollos de granja el caldo varía enormemente), carnero y chancho, de preferencia sus carnes oreadas, la leche y su orégano y cebollita china. Por último, el Picante con cuy, no se confunda con el exquisito plato huanuqueño el Picante de cuy, la papa se convierte en el picante y el cobayo frito encima de él. Son exquisiteces que no deberían perderse los visitantes en estas fechas, bienvenidos a degustarlos amigos, se irán agradecidos de tan delicia celestial.


Hasta que me tocó. Me habían comentado algunos jóvenes que me iban a sacar de Rey Momo, me entró curiosidad y ansiedad, que sumada a la alegría poco frecuente en mi alma, me mantuvo en tensión los días previos. Hasta que por fin el sábado, cuando sale “Ño Carnavalón”, pude apreciarlo en toda su magnitud, y, no me quedo más que agradecer y alabar al insigne artista. ¡Genial! Ese día salió un sol radiante y por ende el Rey tenía que salir con las gafas oscuras para evitar los rayos UV, una pelota en una mano y en la otra mi cigarrillo, eternos acompañantes. Con sinceridad, opacó a los demás reyes de barrios. El miércoles ceniza salió sin las gafas, pues la llovizna lo ameritaba, fue muy aplaudido por propios y extraños y yo, orgulloso a lado del Rey Momo, ¿cómo creen que no? Esos dos días fueron de felicidad, hasta mi madre conmovida se tomo fotos a lado de su vástago artístico, increpando al artista por hacerlo “un poco más blanco”.


Un viejo amigo me dijo, “…y tú sonriéndoles y tomándote fotos, les has demostrado: cordura, sensatez, orgullo y nivel cultural alto (¿lo entenderán así?)…nuestra sociedad (Huauco) cree que lo hacen por ridiculizar a la persona, pero en realidad es un homenaje a ella…”, cuánta razón guardan sus palabras, no necesito decir nada más que... Gracias Compañero de Celda.






Wito…

No hay comentarios: