Perú

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11.9.08

WITOTADAS
Agosto, 2008

Por estos días cumpliré ocho meses de pernoctar y moverme entre Sucre y Cajamarca. Debe ser uno de los periodos de mi vida donde he podido constatar la desidia, anarquía y completo abandono en lo que le llamo; un desamor trágico por el pueblo. Lo peor de esto es lo campantes que contestan, con un desparpajo nauseabundo, “no hay dinero”. El año pasado la municipalidad de nuestro distrito recibió algo más de dos millones de soles, para este año manifiestan que ha descendido peligrosamente, pese a que en Cajamarca se encuentra la segunda mina de oro más importante del planeta…en fin. El problema es muy serio, en nuestro Perú se ha ido formando la cultura de la corrupción, “ese alcalde ha robado un montón de plata, pero mira las obras que ha hecho”, “si hace cosas buenas para el pueblo, que robe nomás”, lo dicen con una naturalidad y convencimiento que “eso”, está bien. Ese y “eso” es el gran legado que reciben los jóvenes en la actualidad, para ellos está bien que un policía o un juez coimee, un profesor pida algún regalo para ponerles un once, un arbitro cobre un penal inexistente por cien lucas, que las licitaciones se ganen por que la autoridad recibió su parte,…, sí, así es como se hace uno de plata hoy en día. Boletas y recibos sobrevaluados, pagos a fantasmas, vienen de los “padrastros de la patria”, ¡Dios mío!, ¿qué está pasando? En las esferas más altas del Ejecutivo, Legislativo y Judicial se ve terribles ejemplos de corrupción, imagínense ustedes lo que pasa en los de los pueblos que nadie los fiscaliza y ni siquiera les interesa lo que se hace con el dinero, salvo algunas conversaciones de esquina o de cantina.
Quedarnos con los brazos cruzados sería darles la razón a aquellos que piensan que somos parte de esta nueva cultura. Para muestra basta un botón. El parque automotor se ha ido incrementando de acuerdo a las necesidades de los pueblos de trasladarse de un lugar a otro. Sucre no es ajeno a este desarrollo, ya no hay buses pequeños (combis) que nos trasladen a Celendín, solo autos con capacidad para cinco pasajeros. Cada cinco minutos se los ve pasar a grandes velocidades por la ciudad, especialmente por Minopampa. Para ganarse un pasajero pisan el acelerador de manera temeraria, creyéndose que están en una autopista de cuatro carriles (con dos o tres excepciones). El mes de julio conversando con la autoridad edil le propuse que se pintara los rompe muelles que existen a escasos metros del centro educativo, con colores fosforescentes, con las cuales los temerarios conductores tendrían cierto cuidado. Las gibas que existen no sirven de nada, pues son tan bajas que los nuevos Arnaldos Alvarados se ríen de éstas. Cuatro bolsas de cemento, un cubo de arena y un letrero de “20 KPH”, arreglaría este peligro eminente para los niños que juegan plácidamente en el frontis de la escuelita, que alberga a cerca de doscientos niños. O estamos esperando que ocurra un accidente fatal para hacerlo, como todo lo que hace en estos casos.
Viajaba a Cajamarca con una persona de La Oroya y manifestaba que era la primera vez que visitaba al viejo Huauco. Se marchaba encantado, su paisaje (había bajado por la Loma del Indio) le parecía paradisiaco. Su soberbio valle encantó al sabio Antonio Raymondi que lo llamó “El valle de los espejos”, tal vez por la laguna existente en ese entonces. Pero este hermoso valle no es exclusividad de Sucre, también le pertenece a Huacapamapa y Lucmapampa. Comentaba este turista que se iba de Sucre satisfecho no sólo por el valle, sino por lo puro del medio ambiente, “después de muchos años mis pulmones se han llenado de oxigeno puro que brinda su vegetación, he probado el agua más pura de La Quintilla, he tratado con las personas más hospitalarias que he conocido en mi vida y me he paseado por las calles más tranquilas y silenciosas del Perú, me marcho maravillado, si no regreso debo de estar loco”, me dijo muy emocionado, pero agregó, “lo único que tendrían que hacer es arreglar su placita de armas, está muy deteriorada”. A lo que le respondí, “Ahora si mi estimado amigo usted puede descansar en paz, es usted una persona privilegiada al conocer Sucre”. Comentario que aceptó gustoso el nuevo amante de estas tierras maravillosas, pese a la acefalia de sus autoridades.
Este año la promoción del “San José” llevará el nombre del Gran Lucianone. Personalmente me ha parecido una idea genial, tanto por lo que significó, significa y significará tamaño personaje en el mundo del arte. Además, por lo cercano a Sucre de este personaje por su relación de fraterna amistad con un sucreño de sangre y corazón, Edwin. Fue una lástima que se haya ido, pues dentro de sus sueños era conocer la tierra de su gran amigo huauqueño…pero la eternidad, al igual que el Huauco, los acompañará y quedarán escritos en los libros de la historia. Sólo me gustaría saber si a estos jóvenes les han enseñado de su existencia o han escuchado por lo menos su: “oooo, solee, mioooooooooo”. Por que de nada valdría ni serviría llevar semejante nombre y que sus componentes estén en la luna de Paita con la vida y obra del gran tenor. Felicitaciones a los encargados de esta nueva promoción.
P.D. Con paciencia y buen humor vamos haciendo, de a pocos, el nuevo local de “Juventud Huauqueña” que funcionará exclusivamente para los jóvenes de corazón…no importando la edad ni su condición social…sean bienvenidos todos aquellos que miran a la juventud con ojos de benevolencia y tolerancia
Hasta pronto…

Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147
elmercastillo1@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Elmer: ¡gracias por estar aquí! ¡Felicidades!

Lupe...México