Perú

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30.9.08

WITOTADAS
Septiembre 2008

Hace unas semanas una fuerte presión en mi pecho me preocupo de sobremanera. Repasé en mi descuidado cerebro cuál podría ser el motivo de mi nueva dolencia. Definitivamente, el cigarrillo. Yo empecé a fumar, como creo que la mayoría, por la sencilla razón de que el tabaco estaba prohibido, pero si a los doce o catorce años me hubiesen obligado a fumar tres cigarrillos diarios, de igual manera que me obligaban a tomar cuatro cucharadas de aceite de hígado de bacalao y encima me hubieran dicho que los “quemes” eran buenos para mi salud, ofreciéndome una “Princesa” (chocolate muy agradable que después del aceite era manjar de dioses) como recompensa por tragarme el humo, casi seguro que hubiese aborrecido el tabaco desde mi adolescencia y no hubiese vuelto a probarlo en mi vida.
Estoy seguro que todos los fumadores tenemos una historia parecida, las primeras palizas y los buitres espantosos que nos daba después de un par de secas. Nos sobreponíamos a aquellas náuseas y vómitos, por que ensayábamos el ser hombrecitos, impresionábamos a la costilla de la esquina, los amigos zanahorias nos respetaban y los más mayores nos dejaban entrar a sus grupos y fiestas, esa es la base para estar pegados a este vicio de fumar, por que sabemos que se le toma verdadero cariño a lo que nos ha hecho sufrir y sentirnos autosuficientes.
Existen dos maneras para dejar el cigarrillo (bueno, ahora hay aretes, parches y hasta la hipnosis entra a tallar para los que desean dejar el tabaco), el gradual, que casi nunca da resultados (en el cual estoy abocado), y el radical, que fracasa siempre. Quisiera poner en practica el tercer procedimiento, consiste en fumar un día sin interrupción ni descanso, a toda velocidad y haciendo secas en cada canceroso, mejor dicho fumar a lo loco, hasta coger una intoxicación que nos haga aborrecer el tabaco eternamente. Pero los que han hecho esta tentativa para dejar el tabaco han interrumpido el ensayo por defunción…así que descartada la tercera opción.
Dejando un poco la ironía, tengo más de treinta y cinco años aspirando e inspirando humo con nicotina, alquitrán y cientos de tóxicos en cada fallo y me parece que es justo y necesario abandonarlo, con mucha tristeza, pero la decisión está tomada. Sucre es un buen lugar para fumarse sus cigarrettes y si estás solo, mejor. He humeado de seis a ocho filtros al día, pero en el Huauco se fue incrementando peligrosamente, llegando a una cajetilla al día. Son dos semanas que de veinte cigarrillos lo he reducido a cuatro por día, ¿podré dejarlo totalmente?, no lo sé. Leyendo, escribiendo, conversando, siempre estaba conmigo mi fiel e infaltable cigarrillo, y valgan verdades, al comienzo la angustia y la desesperación de tener uno entre mis dedos, era muy fuerte, ahora estoy sintiéndome mejor, menos cansado y con disminución en la presión al pecho…espero lograrlo. Siempre va ha ser agradable fumarse un cigarrillo luego de hacer el amor y de departir con un buen amigo. Felizmente o desgraciadamente, a cierta edad estos encuentros se hacen más esporádicos y distanciados.



Elmer Castillo Díaz
DNI: 26731147

2 comentarios:

Patty dijo...

Hellooooo???? creo que me perdí???? wowwwww!!!! que sorprendente eres Elmer, esta si que es una página para un escritor como tu, esta linda, linda, linda, tanto como tu....;) ahora???? faltan unas fotitos así como de pinturas importantes tipo Dalí, quizás un Picasso en la esquina....jejejeje digo pa un colorido no habitual en ti que eres un hombre muyyyyyyyyyyyyyyyyyyy serio jejejeje besitos

pd..No pondré na sobre la cigara ok? porque luego pasa lo que pasa uffff... ;)

Patty dijo...

Y el reloj??? :S