Perú

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24.8.10

"Prefiero la muerte antes que el odio"

Al señor Anónimo:
Hace un buen tiempo un Anónimo injurió a uno de mis mejores amigos en mi Blog, desde entonces opté por “Moderar los comentarios”. No podía, ni puedo, ni permitiré que alguien ocultándose en el anonimato, llegue a la bajeza de lanzar frases, sin prueba alguna, infamantes a las personas que estimo, quiero, respeto y amo. No estoy seguro, pero parece que ha regresado y ahora es conmigo. Quiero responderle de la manera más educada posible, no soy de los que contestan con la misma virulencia, pareciera que está lleno de rencor y odio. Por más que he buscado en mi pasado a quién le hubiera podido hacer daño, no doy, salvo que sea el “Vampiro” o un nuevo Licenciando en Educación. Sea quién sea, el odio no conduce a nada.

Cuando el Gabo (Gabriel García Márquez) recibió el Premio Nóbel en 1982, no por “Cien años de soledad”, sino, por sus obras y trayectoria literaria, la prensa entera llegó a la casa de su madre. Doña Luisa Santiaga Márquez Iguarán los recibió con agrado, no todas las madres tienen el orgullo de tener un Nóbel en casa, la andanada de preguntas no la atemorizó y respondía con una sonrisa cada una de los interrogantes. “…doña Luisa, qué siente usted ser la progenitora de tan insigne hombre de letras”, “…el orgullo no me cabe en el pecho señor periodista, le diré un secreto mi estimado, creo que Gabito tiene una memoria excelente, todo lo que le he contado lo ha plasmado en los libros que ha escrito, y, eso es una cualidad que admiro en mi hijo…”.

En casa tengo manuscritos ajenos que he ido juntando a los largo de los años. Mi tío Porfirio, ducho escritor de dramas para teatro, dejó de puño y letra incontables cuadernillos llenos de conversaciones tristes alusivas a la madre (su fuerte) y algunos poemillas que cuando los recitaba las mezclaba con sus lágrimas de declamador. Tío Carlos me regalaba sus ensayos, peligrosos para el gobierno, que no los publicaba. Ahora último me vine de Lima con unos cuantos más, aparte de ello me ha entregado cartas de sus amigos, entre ellos del bohemio y genial poeta tacneño Juan Gonzalo Rose que le escribe desde México, donde toda su prosa es poesía; de Washington Delgado Tresierra, poemas inéditos. Si sigo enumerándolos señor Anónimo podría morir de un infarto.

Señor Anónimo, el poemita al que usted aduce es plagio de un poeta “…cajamarquino que no ha publicado…”, qué irónico ¿verdad?, si no los ha publicado, ¿cómo podría plagiarlos?, y que investigará hasta dar con él y desenmascararme, es todo un reto para su acuciosa búsqueda. El poemita (lo seguiré llamando de esa manera) salió por un cariño muy especial a una persona más especial, a la que tal vez sólo la encuentre entre mis sueños.

No deseo odio señor Anónimo, es lamentable que piense como lo hace, parece que estoy entre sus enemigos gratuitos.




Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147

1 comentario:

Patty dijo...

Reverencia y tannnnnnn tannnnnnnn!!!!!!! claro, fuerte y decisivo...

Un abrazo