Perú

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15.1.11

Ohhh Baco...

WITOTADAS

El alcoholismo es una enfermedad irreversible que nos va atrapando sutilmente con sus aterciopelados tentáculos, haciéndonos cada día seres sin vida. Según la Organización Mundial de Salud, la OMS, revela que la persona que bebe, liba, toma, chupa, moja el gaznate; dos veces al año, es alcohólica. Me parece exagerado, pero si lo dice una organización tan seria, debemos hacerle un poco de caso. ¿Dos?...qué difícil ¿verdad?, y ya nos llaman alcohólicos. Para mi el problema es quedarse enganchados, no sólo con el alcohol, sino con diversas drogas que circulan libre y legalmente. Hay personas que en su madurez llegan a controlarlo; la familia crece, los niños se vuelven adolescentes, estudian, se casan, los nietos; y si seguimos bebiendo como si tuviéramos 30 años, ya no va; y tampoco hay cuerpo. Algunos se enganchan y agarran la enfermedad con fuerza inaudita. El alcohol controla sus vidas y a la misma vez la destruye, arrasando familias completas a sufrir las consecuencias. Al alcohólico no le interesa nada, sólo seguir consumiendo su trago, aunque sea un “matarratas” de “quina” la “bucha”. Y nadie está libre de caer en este cómodo vicio, hasta en las grandes familias.

La contrariedad es cuando la enfermedad la adquiere un pobre, es deprimente. Nos volvemos en “apestados”, hasta el más de los infelices cree ser superior y nos da la espalda. Andamos como zombis en busca de que alguien se compadezca de nuestras ansias de beber, siempre hay algún amigo que nos invita el licor bendito y maldito. En mi caso, la familia, los hijos, mi madre, mis amigos, mi esposa (el orden de los factores…) me ayudaron a salir, algunas veces caigo, como en la fiesta del Patrón San Isidro, carnavales, Aniversario del distrito, de la provincia, cumpleaños, algún sábado después de una pichanga,…etc. Imagínense la cantidad de compromisos que a veces sobrepaso la docena de veces que brindamos con Baco al año.

En nuestro distrito, la tarifa por el consumo de agua potable es de tres soles mensuales, sorprendente, pero cierto. Es una tarifa razonable para los pobres, no creo que haya en Sucre más de tres personas que no puedan pagar debido a su extrema pobreza, con la carga de llevar en si la enfermedad del alcohol. Uno de ellos vive a unos cincuenta metros de la casa. Ayer los “técnicos especializados” en la clausura del servicio de agua potable rompían el cemento con una comba buscando el tubo de entrada. Fue en vano. Manuel Marín Gallardo, debe a la Junta de Agua Potable de Sucre cuatro largos años. Si la suma no me falla son exactamente 144 nuevos soles.
Manuel, más conocido como “Loco Tishto”, apelativo que le viene de su bisabuela Teotista, hace mucho que está prisionero de las garras de esta dulce enfermedad. Ha perdido a su familia, duerme literalmente en el suelo de su casa vacía, come los que los vecinos le alcanzan, su hijo mayor le ha faltado el respeto, su taller de carpintería ha pasado a manos de inescrupulosos paisanos, quienes conociendo su debilidad le han dado para su trago. Es abuelo y sobretodo, es amigo del barrio. Vive sólo…abandonado Seguro que usa el líquido elemento para sus calderos y la de sus amigos que lo acompañan. Porque de bañarse, lavar su ropa, es imposible, su autoestima está por los suelos y ha descuidado su persona hasta estos extremos.
Viaja de vez en cuando a “Lima la horrible” donde desempeña las funciones de carpintero a lado de un familiar que le paga bien. De la noche a la mañana está de vuelta, enclaustrándose por meses en las terribles pasiones que nos conduce el alcohol.
Y ahora le van a cortar el agua, como reza el refrán universal, “El agua es vida”, ahora le quitan la Vida. Hay que aplaudir a está Junta al unísono, Nabuconodosor es un chancay de 0.10 céntimos al lado de tan brillantes directivos. “No pues, ya se pasa de pendejo, son más de cuatro años que no paga su agua, por eso hay que cortarle…”, decían indignados los que rompían a combazos el cemento para encontrar el tubo que alimenta su único caño en su casa. “Tras cuernos, palos”.
Ahora está trabajando el Loquito Tishto, la granja de truchas a cargo de Osvitio Aliaga Zegarra lo ha contratado para ver y dar de comer a estos exquisitos animalejos. Viene trayéndoles truchas a sus vástagos los fines de semana, su rostro ha mejorado y sus manos no tiemblan por la falta de alcohol.
Si la Junta se preocupara en supervisar cuántas de las casas malgastan el agua por tener los caños y demás servicios deteriorados, se sorprenderían. Arrancar por Minopampa, de las cien casas habitadas, por los menos 90 tiene fuga de agua las 24 horas del día, sacando cuenta por año…uffff, incalculable desperdicio del líquido elemento. Algunos lavan sus carros y de extraños en las esquinas, el problema no es que laven sus automóviles, sino, que la manguera esta que chorrea y chorrea y ellos ni asomo de cuidarla, sin tener en cuenta que el agua es necesaria. Riegan sus chacras. Si sacan cuenta del gran despilfarro por averías de los vecinos, la deuda de Loco Tisto es irrisoria.
En vez de cortarle tan esencial servicio a Manuel Marín Gallardo, deberían lanzar una campaña cultural para cuidar el agua a la población. Seguramente no todo es perdida para la administración, gasten un poco en carteles, avisos por la televisión y radio, de cómo cuidar nuestra agua. Puede ser que nosotros, los que nos estamos yendo, no lleguemos a ver la Tercera Guerra Mundial. Dicen los científicos e investigadores que el motivo para esta Guerra, será el H2O.
Hablen con él, ahora está cuerdo, trabajando y sus hijos han vuelto a visitarlo, seguro que podría pagar el 30%, ¿lo demás?, eximirle; debido a sus problemas de salud. Y como el jefe de dicha institución es un ferviente cristiano, con buenos principios católicos y dotes de monaguillo, estamos seguros que no llegara a tan ridículo exceso. Desde acá se lo agradeceremos por tan buen gesto humanitario.




Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147






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