El sábado 3 y domingo 4 del presente mes fueron los exámenes de ascenso de los oficiales, subalternos y superiores, de la Policía Nacional del Perú. Ahora estamos martes seis y los resultados no salen a la luz. ¿Es qué acaso han sido mimeografiados y están siendo revisados uno por uno, acuciosamente y minuciosamente, por los eruditos de la institución? “Tal vez el miércoles salgan los resultados”, "Ellos estuvieron encerrados una semana en la Escuela de Oficiales de Chorrillos para hacer las depuraciones y evitar interferencias externas o recomendaciones", (Palabras del general José Sánchez Farfán, jefe de Recursos Humanos) ¡Qué gran cuajo señores! Con los adelantos en materia de cibernética, con fibras ópticas y todo un mundo en materia de computación, se reúnen a depurar y “evaluar” un examen que debe ser corregido por las máquinas, ¿qué hacen encerrados dos generales y tres coroneles corrigiendo exámenes? Se habla, en demasía, de la moralización en los altos mandos de nuestra Policía y es más que seguro que los que tienen manchadas no tan sólo las manos, serán los que orgullosos, celebren su ascenso a niveles que nadie podrá ya tocarlos. Y esto es considerado “normal”, ¿acaso la Defensoría del Pueblo y las instituciones que norman la transparencia en estos casos no pueden intervenir, son intocables o llevan una corona de monarcas?
Si esto ocurre en los oficiales, ni modo que los subalternos o suboficiales se queden atrás. Aprenden de los jefes, si el jefe coimea, pues a coimear (Sino preguntémosle, cómo tienen departamento en Miami, casas lujosas en todas partes y automóviles en sus cocheras a algunos oficiales con sus magros sueldos). El problema radica en la superioridad, son pocos los oficiales que tratan de llevar el nombre de su Institución en alto y son estos los que sufren las consecuencias, parecieran decirles, “por honrado y cojudo no vas a ascender”. Claro, ¿cómo van a tener gente de esa laya? Sería malograrles el pastel a casi toda entidad policiaca. Y esto va a seguir por los siglos de los siglos…, nada ni nadie corregirá semejante bajeza.
Si esto ocurre en los oficiales, ni modo que los subalternos o suboficiales se queden atrás. Aprenden de los jefes, si el jefe coimea, pues a coimear (Sino preguntémosle, cómo tienen departamento en Miami, casas lujosas en todas partes y automóviles en sus cocheras a algunos oficiales con sus magros sueldos). El problema radica en la superioridad, son pocos los oficiales que tratan de llevar el nombre de su Institución en alto y son estos los que sufren las consecuencias, parecieran decirles, “por honrado y cojudo no vas a ascender”. Claro, ¿cómo van a tener gente de esa laya? Sería malograrles el pastel a casi toda entidad policiaca. Y esto va a seguir por los siglos de los siglos…, nada ni nadie corregirá semejante bajeza.
A aquellos que se esforzaron, demuestran cariño, apego y moral por el uniforme; y que pensaron llegar a un nivel más alto para tratar de mejorar el buen nombre de su Institución, me queda decirles que es mejor fuera que dentro, ustedes que están viviendo en carne propia el escarnio de ser tal como son, mi solidaridad absoluta. Y saben por qué, porque siempre los veré, no sólo yo, como personas que merecieron llegar a un sitial mucho mejor que un general. Como dice Facundo Cabral, “¿Qué es un general desnudo?, mientras nazca un poeta o un artista es un uniformado menos”.
Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147
Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147
2 comentarios:
Todo lo ven fácil Elmer, están acostumbrados así, imaginate ya desde cadetes vienen hueveando....dieron un exámen de ingreso a la Escuela de Policías y el 70% estaba haciendo trampa con el exámen....así a donde vamos a parar????? te imaginas si ese 70% hubiera ingresado?????? hoy tendríamos como 200 sinvergüenzas más en las calles timando a quien se les cruce en el camino.... buen tema....
Un besazo!!!!!!! (sin babas questoy seria ;)) jejejej
Fui Guardia Civil por casi cinco años, doy gracias (no sé a quién) por no haber trabajado en Lima o ciudades grandes, me hubiera convertido, quién sabe, en un delincuente con uniforme.
Crees Patricia que no ingresaron malhechores de la peor calaña, uffff.
Felizmente hay pocos que quedan que caminan con la frente en alto, diciéndonos, "acá estamos", Lolo y Gustavo son dos de ellos.
Y pensar que mi amigo Edwin quiso ser oficial, con esa pinta lo confundían con uno de la DEA, jejeee.
Un abrazo Patricia, como siempre tan acertada en tus opiniones.
Elmer
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