Perú

Perú

1.7.17




RECUERDOS

Provenientes de diferentes partes de nuestro Perú, más de doscientos jóvenes ingresamos a la Escuela de Guardias, en la Campiña, Chorrillos, Lima “Mariano Santos”, el primero de junio de 1982. La Quinta compañía, llamada “Los Sinchis”, que de sinchis no teníamos ni la más remota idea. Pues, de donde salían los verdaderos Sinchis era una comandancia (48 Comandancia, en Mazamari) donde se preparaban a los efectivos en la lucha antisubversiva. Con fecha primero de enero egresamos y nos destinaron a las zonas convulsionadas por Sendero Luminoso, enemigo del gobierno por esos años: Ayacucho, Huancavelica, Apurímac y Cerro de Pasco. La gran mayoría a las dos primeras. Muchos se quedaron por esos lares, hicieron su familia o terminaron enterrados por la malsana demencia de la cuarta espada del mal llamado presidente Gonzalo, quienes aprovechando la inexperiencia y el exceso de confianza, caían en la oscuridad y la sorpresa, por las balas asesinas y cobardes de Sendero Luminoso. Es casi imposible recordar a los más de 200 compañeros de la Escuela; recuerdo a los que estuvimos en Huancavelica, a los que nos destacaban a los puestos más miserables y peligrosos, donde la frase “la vida no vale nada”, era literalmente cierta.

Hace treinta y cinco años, más de dos centenares de muchachos jugaban con armamentos y pertrechos de guerra. Teníamos como enemigos a peruanos (muchos de ellos niños) alienados con ideales equivocados y que daban su vida por tener en sus manos un FAL (fusil automático ligero) o una ametralladora MGP; iniciales de la Marina de Guerra del Perú, que al disparar una ráfaga, el cañón se doblaba. La conocíamos como “chisguete”; o unas granadas tipo “piñas” que nos la daban y no sabíamos cómo usarlas; y, para conseguirlas tenían que matarnos cobardemente. No había un solo día, por los 80, que no murieran guardias civiles en los diferentes puestos de estas “zonas de emergencia”. Muchos de ellos de la quinta compañía “Los Sinchis”.

En la Guardia Civil conocí a verdaderos amigos y con el tiempo se fueron convirtiendo en hermanos. Es difícil echar al olvido esa amistad, están presentes aunque estemos separados por las vicisitudes de la vida. El lazo es eterno. Los que regresábamos de esas “zonas de emergencia”, para el común denominador del personal y mucho más para la oficialidad, éramos los “abortos”, los “leprosos”, casi nadie se acercaba a nosotros. Los oficiales nos tenían “alergia”, preferían tenernos lejos por ser personal “problemático”. Había mucha razón, no regresábamos “sanos”. Las pesadillas nos atormentaban, nos levantábamos sudorosos, con miedo, las sombras y las noches eran, entonces, nuestros fantasmas, enemigos de nuestro día a día. Muchos perdieron la razón, se degradaron y se dedicaron al alcohol, a las drogas; arruinaron sus familias. También muchos supieron capear la situación, llegaron a ser hombres de bien, formaron familias sólidas, estudiaron, progresaron. Ahora con más de cincuenta años encima de los hombros y muchas heridas en el alma, se han reunido en el viejo Potao, Rímac, el centro recreacional de la Benemérita Guardia Civil. Desde acá mis saludos y abrazos a todos ellos.

Lo opuesto a la guerra no es la paz, es la creación.-Jonathan Larson.

Elmer Rafael Castillo Díaz.




5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquellos jóvenes entusiastas e inexpertos pletóricos de ideales y sueños que fueron en los inicios de los 80 a quienes haces un merecido homenaje Elmer, y pusieron a disposición su juventud por la democracia incluso entregando su cuota de sangre, son los padres, abuelos, suegros,vecinos, líderes, amigos de hoy, y que tenemos la suerte y privilegio de contar con esos muchachos del ayer, como cuento contigo Elmer Rafael Castillo Díaz, porque a diferencia de tus promociones para mi suerte, tu en esas épocas andabas premunido de tu armamento de guerra y de un libro lo que ayudó creo yo a mantener tu espléndida lucidez en estado de alerta permanente y así salvándome el pellejo por los parajes inhóspitos de Pilpichaca gracias a tu prolija imaginación y madurez existencial extraña en un veinteañero lograste frustrar las intenciones de la pelona. Un abrazo Elmer y esperando reunirnos pronto.
Max

Anónimo dijo...

Asi es promoción Elmer Castillo Diaz, es tan cierto lo que dices, nos enviaron a la zona de emergencia como carne de cañon, donde emergian los horrores de la guerra insana de los terroristas de sendero luminoso, circunstancias en que perdimos a muchos hermanos de la promocion de la 5ta compañía "Los Sinchis", por el accionar cobarde y traicionero de las huestes subversivas, se vio las cosas mas horribles que puede concebir la imaginación humana, pero muchos logramos salir airosos después de tantas batallas, por las ganas de vivir y por ver a nuestras familias, para luego entregar un país libre de terrorismo, pero a pesar de ello los grandes politicos que llevan las riendas de país, no valoran el esfuezo y las pérdidas humanas que tuvimos y nos siguen ignorando y eso duele más que el ardor de una herida de bala. Un abrazo promoción Elmer Castillo, el DIC2017, nos reuniremos.

Anónimo dijo...

Tiempos difíciles de un Perú destrozado, dividido por el olvido del Estado en los lugares más distantes del Perú profundo.
Velasco y Fujimori representan el peor colapso del Perú. Poco faltó a sendero luminoso constituirse como grupo beligerante, recibiendo reconocimiento de los órganismos internacionales como tal, en ayuda incluso de la Cruz Roja internacional. Todo eso por consecuencia del desinterés del Gobierno de turno y el centralismo imperante en Lima. Abuso, poder, pobreza e inocencia fueron la mezcla de una historia penosa de la Nación peruana.
Hasta hoy, el Perú continua siendo sancionado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a pagar millonarias indemnizaciones a favor de gente perseguida como "supuestos" terroristas condenados sin las garantías de una condena válida y eficaz. Montos indemnizatorios pagados por todos nosotros los peruanos a través de los tributos.
Hasta hoy el Perú sigue siendo una nación recién en crecimiento, aún con pobreza, analfabetismo, y ausencia de dominio de dos o más idiomas en educación superior. Y con un enorme flagelo renuente a desaparecer: LA CORRUPCIÓN.
Lo vivido por usted corrobora el grave daño moral sufrido por ambos frentes.
Saludos don Elmer.

Anónimo dijo...

Épocas de lucha contra el vil enemigo encubierto como hienas asesinas, así eran las huestes de sendero. Sin embargo hubo la destreza y preparación de ustedes para enfrentar al enemigo con mucho coraje. Un reconocimiento a ustedes por la valentía y decisión en su actuar. Un abrazo mi estimado Elmer

Anónimo dijo...

Tengo el gran honor de conocer a uno de los fundadores de la 48 cmdcia en Mazamari , y créeme se de que hablas y de lo que tuviste que pasar, así como tu, también conozco esos cerros; desnudos ,cubiertos de nada ,regados de icor, adheridos por siempre a nuestros recuerdos no gratos, conozco esos alaridos de vientos helados en las orejas a punto de partirse por gelido frío, claro que te entiendo, porqué solo aquellos que como tú, sufrieron la insania del terror pueden entenderlo. Los Sinchis para los GC, Los Llapan Atic para los GR. Un abrazo amigo.