Perú

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28.11.10

Vagabundo...adiós.


WITOTADAS


Hace unos días escribí un artículo, “Shipe”, donde me refería a uno de los personajes que el pueblo recuerda con nostalgia, cariño y seguro, con rabia y sentimientos encontrados. Las personas con las cuales conversé me alcanzaron algunos datos que mezclé un poco con la ironía. Escuchando, leyendo o escribiendo, casi nada es realidad, todo es literatura y realidad pura. No llegué a conocer a Sixto, apenas un saludo cuando se retiraba de su pueblo amado para irse en busca de un futuro mejor. ¿Quién no ha pecado y sigue pecando? Seguramente en su juventud, todos, haya probado las pasiones que despierta la naturaleza del ser humano en su descarnada realidad: mujeres, alcohol, drogas, irrespetuosidad, irresponsabilidad, negligencia, algún hurto solapado, deseos impropios a la mujer ajena, etc., etc. Nadie está libre de ellos, por algo somos “…imagen y semejanza…”, sino preguntémoslo al Santo Tomás de Aquino cuando no cumplía los veinte años y orando le pedía al creador, “Oh Dios, hazme casto, pero aún no”. Es indudable que todos tenemos en potencia dentro de nosotros algo de héroes, algo de granujas, algo de santos y algo de bandidos.

Dicen que quien toma una botella de Coca Cola diariamente a la misma hora, se convierte inevitablemente en adicto, semejante a la del cigarrillo o el café. Suponen los estudiosos que se debe a la cocaína que la compañía agrega al producto (aún no probada). Cuentan que la Coca Cola fue inventada por un farmacéutico de apellido Pamberton, de Alabama. Los envasaba meticulosamente y los vendía para curar dolores estomacales, dolores menstruales, espasmos de vientre y cólicos de madrugada. Este, vendió la patente a una fábrica de refrescos a la exorbitante suma de 500 dólares. Existe una leyenda que dice que sólo dos personas conocen el secreto de la fórmula y que nunca viajan en el mismo avión por motivos obvios. ¿Será cierto?

Cuando en una reunión alguien habla pestes de una persona que no está presente, siento asco y me retiro con alguna excusa. Son insoportables y no existe para ellos un amigo al cual nos podamos referir con agrado, recordando anécdotas y pasajes de nuestras vidas con sana intención. Lo curioso es que no se ven en el espejo, no hay nadie ni nada, para ellos, algo o alguien bueno. Si estuviéramos en la edad cristiana fueran los primeros en lapidar a María Magdalena y crucificar a Jesús, seguro. Si uno de nosotros progresa, “fulanito de tal está metido en la pichicata, sino, de dónde pues”, si alguna desgracia nos empobrece, “…que bueno, Ishico lo ha castigado por no dar su colaboración para las corridas de toros”, já. Si cantas, “qué voz para fea”; si escribes, “quién le ha engañado que escribe a ese borracho”; si eres viejo, “el Amito debe llevarlo ya, está quitando oxigeno al mundo”…etc. Tienen el síndrome de creerse los súmmun de la moral, la crítica, y vayan a ver ustedes los seguidores que tienen.

Invitado por un policía visité la Comisaría de Sucre. Hace algunos buenos años llegamos a estar encerrados por una travesura juvenil en el calabozo. Hoy el local se encuentra en un estado por demás calamitoso; las paredes a punto de desplomarse, la cuadra del personal no resistiría un pequeño temblor, los servicios higiénicos un verdadero asco. No tienen servicio de telefonía y obviamente, sin Internet, el patrullero yace literalmente muerto. Cuentan con cinco efectivos que desaparecen apenas terminan su servicio y sólo uno de ellos practica deporte. Se ha asignado presupuesto del estado para comisarías de menor población, con menos efectivos y con una jurisdicción de menor alcance. Mientras las viviendas de algunas autoridades cuentan con cerámica española, baños de lujo con jacuzzi, cochera para dos carros y próximamente, con una plataforma deportiva frente a su casa.

Felizmente fue anulada esa ley, tonta, de que la vagancia era sancionada con cárcel. El vago, decía don Miguel de Unamuno, es el fiscal del que trabaja. Los vagos no odiamos el trabajo. Al contrario, el trabajo nos parece tan maravilloso, que cuando alguien se dispone a clavar un clavo en una puerta, allá vamos, dispuestos a seguir con toda atención y curiosidad sus movimientos y afligirnos cuando el trabajador se da un martillazo en el dedo. Quienes odian el trabajo son los trabajadores, pero los vagos, ¿por qué lo van a odiar? Decir que los vagos odian el trabajo es como decir que los críticos odian la música o los mirones odian el juego. Lejos de odiar el trabajo, los holgazanes sentimos por él una admiración sin límites, pero, claro está, si todos en el pueblo nos dedicáramos a admirar el trabajo en vez de dedicarnos a trabajar, los negocios no prosperarían y fuera un caos total. Pero hay vagos con un rango alto, ahí están los funcionarios públicos, o sea, ministros, gerentes; vagos de oficina, con terno y corbata, buenos carros y encima protegidos por el gobierno. ¿Verdad señores de ESSALUD?...éstos, si deberían pagar pena de cárcel.

La soledad es murria, más, si está acompañada de engaños y frases entredichas. Hoy un amigo me dijo, “…así como hay un día del “No fumador”, debería haber un día de “La no hipocresía”, donde pondríamos las barbas en remojo y por un día, ser leales, fieles y nobles hasta con las personas que no nos caen bien. Le contesté, “…no podemos cambiar nuestra naturaleza mi estimado…”. Felizmente todos tenemos amigos con esos valores y actitudes, poquísimos, pero ahí están y a quienes desde acá les envío un fuerte abrazo, quienes, pese a nuestros defectos nos estiman.





Elmer Rafael Castillo Díaz
DNI: 26731147

PD. Tomaré algunos días de descanso por motivos de salud, hay que cuidar de vez en cuando nuestro viejo cuerpo.












2 comentarios:

Patty dijo...

Muchos comentarios acertados, ese de cuando se reunen pa hablar pestes de alguien ufffffff si lo sabré yo, aquí normalmente le llamamos criollamente RAJAR DE ALGUIEN, en fin jajajajaja

Tio ve a descansar ultimamente escribes mucho, además pa un vago eso es como...... jajajaj mejor no te lo digo porque me matas :P besazosssssss!!!!!!

Elmer dijo...

Hola Tía:
Si, creo que esto de escribir cansa más que lampear, al menos a mi.
Te dije que tu blog cada día está mejor?...no, bueno, te dije que te extraño aunque ahora tienes menos tiempo para los que te queremos?
Te extrañamos mucho, ahora eres cosmopolita y eso es bueno, un abrazo fuerte tía,
Cualquier día te llamo, ahora estamos sin crédito, pero tu sabes que estás cerca.
Qué sabes de Eréndira, pareciera que se escondiera de Picarón, le das un beso.
Chao