Perú

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2.8.12

Cuento..."Zona de emergencia"

Zona de emergencia.







El capitán ordenó a una reunión urgente con todo el personal. Se acababa la “Zona de emergencia” y tenía que hacer algo para tan difícil situación. Era el Jefe Político Militar de un distrito huancavelicano, chalaco él, estaba preocupado, quedaban algunos días para que el gobierno levante el bendito nombre de Zona de emergencia. “Es otro sueldito, el pueblo es tranquilo…acá no pasa nada”, se decía para si. El problema era del personal, no todos estarían conformes con lo qué les iba a decir. “El billetito no es nada despreciable…”, cavilaba el oficial. El chalaco tenía que jugárselas, además, creía haberse comportado bien con toda la gente que tenía a su mando. Mejor era sincerarse con ellos, en la policía no se podía tener dinero si es que no se metía la mano, su filosofía. Y acá en este pueblo, si metes la mano, aparte que todo el mundo se entera, los “terrucos” te tienen fichado. Y eso es lo primero que les decía a los jóvenes guardias civiles que tenía a su mando. “Chupen, cachen, jueguen, duerman…en su franco, pero guardia que mete la mano, yo mismo le hago el parte y le doy de baja…”, advertidos estaban y era uno de sus lemas que lo repetía hasta el cansancio.


Estaban todos, no faltaba nadie. Claro, algunos ya sabían de qué se trataba, sobretodo, los que gustaban departir algunas bebidas espirituosas con el jefe. “El tío es chévere…”. Hasta de los que no alzaban el codo era amigo el “tío”. Apelativo entre los subalternos debido a la antigüedad del capitán, sus promociones llegaban a coroneles, “estaba aguantado el tío”. Entraba a la cuadra del personal a timbiar, tomarse unos tragos, fumarse unos cigarrillos…no sancionaba a nadie… , amante del buen vestir, los buenos perfumees y cariñoso apasionado de “Jishu”, el dueño de la pensión donde comía, le salía casi todo gratis al tío, “mosca”.


Qué hacemos compadrichis, nos van a quitar el billete de Zona de emergencia. Sugerencias, pidió, después de los consabidos y cansados, “…ciónnn, firmesssss,…cansooooooo…”. Alguien por ahí, soñador él, desde un rincón y con su eterno cigarrillo entre los dedos, con desdén sugirió, Que nos ataque Sendero y al pueblo el gobierno le da seis meses más de emergencia, de paso nos ganamos alguito, sino salimos muertos jefe. Estás loco, no hables huevadas. ¡Carajo!, ¿no hay más sugerencias? Usted pe jefe. Miren, qué les parece si hacemos reventar algunas granadas, de esas viejas que están por ahí arrumadas…nos hacemos dos banderas rojas con su hoz y el martillo y las ponemos en los cerros una noche. Mosca el tío, se las sabía todas. Yo me encargo de hacer el informe para que extiendan la zona de emergencia de inmediato, mi causa es el general Noel y por sus manos pasa todo. El tío lo tenía “fríamente” calculado.


Las Zonas de emergencias siguió alargándose hasta que un 15 de octubre Sendero luminoso irrumpió en este pacifico pueblo.
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Wito…


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