WITOTADAS
Dos amigos cercanos y a la vez
paisanos han publicado sus libros. Sería una mezquindad no sentirse orgulloso,
no sólo de mi parte, sino, de todos aquellos que los conocen, pues hay que
reconocer su esfuerzo y creatividad para hacer realidad lo que han guardado
como un tesoro en sus mentes, para dárnoslos a conocer mediante las letras.
“Grama arisca” de José Luis Aliaga Pereyra y “Yo y el Maestro” de Edwin Tinoco
silva.
Reconozco en Luis (Palujo) su
capacidad para narrar sus cuentos y relatos, hasta el día de hoy recuerdo “Paco
el bobo”, uno de sus primeros relatos, me reía a carcajadas sólo en mi
habitación donde seguramente mi familia pensaba que estaba orate. Con su carácter
simpático y bohemio, contador de anécdotas, lector empedernido, defensor de la
naturaleza, virtudes innegables de José Luis. Tiene la virtud de llevarnos de
la mano, siguiéndolo en sus historias del pueblo, conversando con sus
personajes, sintiendo las alegrías y tristezas de ellos, todo un mundo mágico a
nuestra disposición y deleite. Como escribió alguien, la lectura se hace más
sustanciosa y pasional cuando conoces al escritor personalmente y has vivido
ciertas circunstancias con él. Sucrense, sucreño o huauqueño que ha compartido
algunos momentos con nuestro querido y recordado “Cabezón”, sabe de lo que
estoy escribiendo.
Creo, que los profesores de
Literatura en nuestro distrito, sumándose a ello las autoridades de nuestro
pueblo, deben darle un valor y relevancia al nuevo libro de José Luis, conocido
más como “Lucho Cabezón”. En especial el profesor de Literatura, preguntar a
sus alumnos, “…alguno de ustedes ya ha leído al señor José Luis…su Grama
arisca”, hacer que se interesen por las letras sucrenses, ponerlo junto a
Gutenberg Aliaga, Nazario Chávez, Bonifacio Mariñas, … que se interesen por la
cultura del pueblo, no hacerlo significaría las tinieblas en las mentes de
nuestros jóvenes y por ello estamos ciegos, andando a oscuras, donde “Peluchín”
es más conocido en nuestro medio y, estoy seguro, en casi todo el Perú. Después
de su presentación vi a muchos jóvenes leyendo el libro, sé que pedirán más de
las letras del amigo Palujo, bien por él, se lo merece.
“Yo y el Maestro”, el libro de color
naranja con una figura voluminosa en frac y de dos dedos de espesor. Vi el
libro en una urna de vidrio con las letras encima que decía “Bloqueado” y
sentado frente a él a mi buen amigo Edwin Tinoco Silva. En Europa no es fácil
publicar un libro y más aún si entre las páginas hay un personaje de la
envergadura Universal del tenor Luciano Pavarotti. Las cláusulas que se firman
son obstáculos para que se publiquen y si son 10 millones de Euros si te
atreves a hacerlo, peor.
Mirándolo bien, todo ello ha
favorecido a Edwin, “sin querer queriendo” ha sido su mejor aliado, no ha sido
necesario todo ese sin fin de artificios para dar a conocer lo que uno escribe.
Veamos por qué, los principales medios de información se interesaron en el
asunto, tanto así que las llamadas telefónicas y a través de Skype fueron el
pan de cada día para Edwin. Acá, en nuestro país, Caretas, El Comercio lo
entrevistaron, hasta el diario cajamarquino Panorama le dedicó un espacio. En
el exterior, los mejores diarios de Europa le dedicaron líneas enteras en sus
portadas. Así que Edwin no tuvo necesidad de marketear la edición, aparte que
él conoce de eso.
En Italia se está librando,
seguramente, un fuego cruzado entre los abogados de ambas partes, por mi parte,
sin haber leído aún el texto, podría hacer una serie de preguntas que quedarán
en el tintero, siempre es bueno elucubrar ideas y cuestionamientos. Casi quince
años de vida junto a Don Luciano no deben pasar desapercibidos, menos, desechar
la idea de contar algunos sucesos con tan genial personaje. Los viajes
constantes alrededor del mundo, los hoteles cinco estrellas en cada país donde
llegaban. Las personas que lo recibían: presidentes, reyes, príncipes,
artistas, cantantes, científicos, literatos, magnates y también personas
humildes, pues no olvidemos que Edwin fue uno de ellos que lo recibió en Lima,
con la calidez aprendida de sus padres y el legado telúrico que le sigue
brindando nuestro querido Huauco o Sucre, del cual quedó prendado el Divo.
Tampoco podemos dejar de escribir
acerca de la personalidad “arrolladora”, como alguien dijo acerca de Edwin, por
la cual está pagando un altísimo precio por la desgracia de ser tan simpático,
no físicamente, es más que obvio, se trata de su originalidad. Aunque nos duela reconocerlo,
cualquiera no hubiera podido llegar a donde él llegó y posiblemente con “Yo y
el Maestro” llegará más lejos. Su descomunal capacidad de lectura, esa
curiosidad infinita, el poder de seducción y su clara inteligencia, hicieron
que el Maestro se fije en ello para invitarlo a que sea su asistente personal y
más que eso, su amigo.
De ahí es que me atrevo a preguntar,
qué teme o temen, Nicoletta y sus abogados, para que no salga a la luz el
libro, las trabas y el exorbitante monto en dinero si lo hace, nos hace pensar
que, como decimos acá, se deben estar “orinando” de sólo pensar en el “qué
dirán”. Por el bien de la cultura y el conocimiento y los amantes de las letras
y de la amistad con Edwin, de un hombre que encantó al mundo con su voz y su
generosa personalidad, las autoridades italianas deben dar el visto bueno lo
más pronto posible para que “Yo y el Maestro”, salga ya.
Desde ya mis congratulaciones para
los dos amigos que han pasado a la historia del Huauco y seguro que habrá mucho
más, pues, años quedan en la vida.
Wito…
3 comentarios:
Admiro tu capacidad de enorgullecerte por tus amigos, sabiendo que tu también eres un gran escritor Elmer.
No sabía que Edwin había publicado un libro que gran noticia y claro con tremenda experiencia pues imagínate no???
Gracias por las novedades :D besotes muá :*
Buen escrito Negrito,una definición muy clara de la situación legal,mejor no lo podríamos haber dicho,se agradece por tan agradable texto...un abrazo
La voz maravillosa de un hombre como todos, con ese don que supo conquistar a quienes le escucharon por todo el mundo.
Lástima que los intereses de los vivos entorpezcan los relatos , obstruyan las memorias que muchos deseamos conocer.
David
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