Perú

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4.6.13

CUENTO: LA MARIPOSA QUE NO QUERIA SER BELLA

Érase una mariposa de grandes alas y vistosos colores , quizás sería una reina la que habitaba en ese prado, me impresionó grandemente por los dibujos vistosos de sus alas formando figuras antropomorfas con vistosos colores que combinaban con el cuerpo y la hacían tan bella y su gracioso batir de alas, cuando se posó en una flor me dijo: "señor, ¿me puede escuchar un momento? me encuentro en este mundo sin poder comprender porque tengo estas alas tan horrendas que marcan mi corta existencia , soy objeto de una persecución incesante que todos quieren cazarme y obtenerme como un trofeo o ponerme en un vidrio, expertos cazadores me vienen persiguiendo sin cesar, no alcanzo a comprender tal actitud , seguramente por lo vistoso de mis alas , pero solo es una ilusión irreal lo que despierta tal cacería – con una malla grande soy amenazada cada vez que me poso sobre una flor – mi misión es transportar el polen para que las flores se reproduzcan , pero esa misión , no lo puedo realizar, debido a la belleza de mis alas es que estoy en constante peligro, siempre tengo que huir y esconderme , pero aún así la astucia del “cazador de mariposas” triunfan en su cometido”; En ese momento de coloquio se apareció otra mariposa debido a la inmensa cantidad de flores de ese prado y vi que conversaban muy amigablemente, parecía que se conocían , se comunicaban, pues sus antenas se movían muy graciosamente y sentí que me miraban con algo de coquetería y que agitaban sus alas muy suavemente en señal de amistad; yo me encontraba consternado con esos hechos, y en ese momento se me acercó la de las bellas alas y como queriendo susurrarme en el oído , sentí su mensaje, quería que la siguiera , y así fue: ella revoloteaba muy alegremente señalando el camino que de vez en cuando se me acercaba , para cerciorarse que la seguía y por fin llegamos a lo que parecía una especie de cueva, que con asombro se reunían cientos de estos bellos ejemplares , casi escondido el lugar y pegadas en las paredes de ese lugar formaban una sábana de gran belleza deslumbrante de múltiples colores y que hubiera sido el deleite de los “cazadores de mariposas”. Mi amiga la mariposa de bellas alas desapareció en ese momento entre el manto de colores, me aleje del lugar pensando en lo inverosímil que me estaba sucediendo, pero volví la cabeza y la encontré revoloteando a mi alrededor , me había convertido en su amigo , y se posó en mi brazo a la altura del antebrazo que lo había extendido para que se posara , y la quedé mirando, sentí su mirada de complicidad , pues me había revelado el escondite y donde pernoctaban todas las mariposas de ese prado, parece que sentí algo, de que no debía revelar ese secreto, pues me consideraban un amigo; comprendí de inmediato que debía guardar el secreto y me fuí.
Volví al día siguiente al prado y no la encontré por ningún lado ; regresé al pueblo con ganas de contar a alguien mi experiencia vivida , pero un niño interrumpió mi camino para ofrecerme en venta unos souvenirs creyéndome turista , y me enseñó en una de sus manos una pequeña caja de madera con tapa de vidrio y con varias mariposas muertas pegadas con las alas desplegadas y pinchadas con un alfiler, entre ellas vi con asombro a mi amiga ,ella con su espectacular belleza, con aquellas bellas alas desplegadas llenas de color y de figuras antropomorfas, con los ojos brillantes ella, pero con la mirada perdida y que había sido presa de un “cazador de mariposas”

Autor: Ernesto Castillo Tafur

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