CUENTO: LA MARIPOSA QUE NO QUERIA SER BELLA
Érase una mariposa de grandes alas y vistosos colores , quizás sería
una reina la que habitaba en ese prado, me impresionó grandemente
por los dibujos vistosos de sus alas formando figuras antropomorfas
con vistosos colores que combinaban con el cuerpo y la hacían tan bella
y su gracioso batir de alas, cuando se posó en una flor me dijo: "señor,
¿me puede escuchar un momento? me
encuentro en este mundo sin poder comprender porque tengo estas alas tan
horrendas que marcan mi corta existencia , soy objeto de una
persecución incesante que todos quieren cazarme y obtenerme como un
trofeo o ponerme en un vidrio, expertos cazadores me vienen persiguiendo
sin cesar, no alcanzo a comprender tal actitud , seguramente por lo
vistoso de mis alas , pero solo es una ilusión irreal lo que despierta
tal cacería – con una malla grande soy amenazada cada vez que me poso
sobre una flor – mi misión es transportar el polen para que las flores
se reproduzcan , pero esa misión , no lo puedo realizar, debido a la
belleza de mis alas es que estoy en constante peligro, siempre tengo que
huir y esconderme , pero aún así la astucia del “cazador de mariposas”
triunfan en su cometido”; En ese momento de coloquio se apareció otra
mariposa debido a la inmensa cantidad de flores de ese prado y vi que
conversaban muy amigablemente, parecía que se conocían , se comunicaban,
pues sus antenas se movían muy graciosamente y sentí que me miraban
con algo de coquetería y que agitaban sus alas muy suavemente en señal
de amistad; yo me encontraba consternado con esos hechos, y en ese
momento se me acercó la de las bellas alas y como queriendo susurrarme
en el oído , sentí su mensaje, quería que la siguiera , y así fue: ella
revoloteaba muy alegremente señalando el camino que de vez en cuando se
me acercaba , para cerciorarse que la seguía y por fin llegamos a lo que
parecía una especie de cueva, que con asombro se reunían cientos de
estos bellos ejemplares , casi escondido el lugar y pegadas en las
paredes de ese lugar formaban una sábana de gran belleza deslumbrante
de múltiples colores y que hubiera sido el deleite de los “cazadores de
mariposas”. Mi amiga la mariposa de bellas alas desapareció en ese
momento entre el manto de colores, me aleje del lugar pensando en lo
inverosímil que me estaba sucediendo, pero volví la cabeza y la encontré
revoloteando a mi alrededor , me había convertido en su amigo , y se
posó en mi brazo a la altura del antebrazo que lo había extendido para
que se posara , y la quedé mirando, sentí su mirada de complicidad ,
pues me había revelado el escondite y donde pernoctaban todas las
mariposas de ese prado, parece que sentí algo, de que no debía revelar
ese secreto, pues me consideraban un amigo; comprendí de inmediato
que debía guardar el secreto y me fuí.
Volví al día siguiente al
prado y no la encontré por ningún lado ; regresé al pueblo con ganas de
contar a alguien mi experiencia vivida , pero un niño interrumpió mi
camino para ofrecerme en venta unos souvenirs creyéndome turista , y me
enseñó en una de sus manos una pequeña caja de madera con tapa de vidrio
y con varias mariposas muertas pegadas con las alas desplegadas y
pinchadas con un alfiler, entre ellas vi con asombro a mi amiga ,ella
con su espectacular belleza, con aquellas bellas alas desplegadas
llenas de color y de figuras antropomorfas, con los ojos brillantes
ella, pero con la mirada perdida y que había sido presa de un “cazador
de mariposas”
Autor: Ernesto Castillo Tafur
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