WITOTADAS
Hace unos días
escribí algunas letras en la red social, Facebook, “El
panetón, el pavo, los adornos, ¿qué relación tienen con Cristo?”. Nunca pensé
que iba a tener más de 20 comentarios, todos ellos respetables y por qué no,
entendibles. Jamás pensé faltar el respeto ni mucho menos dar la imagen de que
era reprochable una relación con Cristo, los panetones, los pavos, los
lechones, el vino, los villancicos.
Las Sagradas escrituras mencionan el nacimiento de un niño en
un pesebre de Belén, no así el día, ni el mes, ni el año. Allá los estudiosos e
investigadores del Libro de los libros, sobretodo, de la vida del Niño Dios, no
soy nadie para desdecirlos, menos, tratar de decir que están equivocados.
Lo único que sé y sabemos, es que es un día muy especial el
24 de diciembre, haya o no nacido Cristo ese día. ¿Por qué?, la respuesta es
sencilla. Desde nuestra niñez hemos saboreado la dulzura y el amor hacía
nuestros semejantes, justo, ese día. El vecino gruñón nos saluda atentamente,
el hermano que se apartó por algún mal entendido nos abraza con mucho cariño,
el amigo lejano nos llama para desearnos felicidades y todos nuestros rencores
pasan al olvido. ¿Cómo no rendir, aunque sea por un día, el homenaje al Hijo de
Dios?
Por eso, quiero desearles a mis familiares, amigos, conocidos
y demás una feliz Navidad y que el 24 olvidemos cualquier desavenencia y nos
confundamos en ese amor que Cristo quiso darnos a todos los seres humanos.
Feliz Navidad.
Wito...
Wito...
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