WITOTADAS
El ambiente electoral en nuestro
pequeño pueblo está caldeado. Los rumores corren como reguero de pólvora, dicen
que hay cerca de 10 candidatos (con una pequeña proyección de llegar a 18 ¿eh?),
todos ellos con algunas posibilidades, unos más que otros por supuesto. Eso sí,
nadie está seguro, pues los votantes, conforme pasa el tiempo y mientras más se
acerca al día de las elecciones, van saliendo trapitos sucios de todos ellos,
nadie se escapa y van mellando al que posiblemente llegue a ser el burgomaestre
para el 2015. Se dividen las familias, mira
a quién le ha dado trabajo, odios intestinos, envidias, etc. Con
decirles que en una casa familiar de cinco electores, cada uno tiene su
candidato favorito, no hay, ni ahí en el seno familiar, una concordancia. Está
en nuestra naturaleza, no lo podemos evitar.
Tocaré de dos candidatos los
comentarios que se escuchan de aquí, allá y acullá. Los demás, con ciertas
excepciones, me son desconocidos.
El señor Wilson Zavaleta regresa
a las lides por tercera vez, en las elecciones pasadas, sui generis, ocupó el
segundo puesto por un margen, controversial, muy cerrado. El señor Zavaleta es
un profesional que se ha ido ganando el respeto y cariño de los que lo
conocemos y de los extraños. Estoy seguro que sus enemigos políticos sienten
admiración por toda su carrera profesional y por ende, respeto. El
“Cabezón”, como cariñosamente lo llaman
sus amigos, hace mucho tiempo que ha contribuido con el desarrollo de Sucre, no
necesariamente tiene que llegar al palacio municipal para estarle agradecidos.
No es político, me refiero al político dicharachero, cariñoso. La primera
impresión que nos causa al conocerlo, es el de soberbia, de carácter fuerte, de
aquellos que está acostumbrado a mandar: es su personalidad, como repito, en la
primera impresión. Cuando llegas a conocerlo es un hombre de buen humor,
bohemio, inteligente, irónico, agudo y amigo. Su seriedad, sumado al vozarrón
(al pororoj, como dicen por acá), intimida al que lo escucha y lo ve, son sus
enemigos para ser político.
Por ahí veo que el señor
Secundino Silva se acaba de lanzar al ruedo electoral. En las elecciones
pasadas no le fue bien, ciertos factores
impredecibles determinaron su derrota. Pero como buen luchador, regresa,
eso ya, es un punto a su favor. Empresario exitoso en el rublo de la
construcción, su profesión lo amerita, ingeniero civil. Está imbuido en él, no
descuida sus estudios, está al tanto de los últimos avances concernientes a
ello. Inteligente, tiene facilidad para comunicarse con el entorno donde se
encuentre, esto último, por ese vicio de la lectura que pocos lo tienen. La
primera impresión al conocerlo, lo conozco de años, es la de sencillez.
Bonachón, siempre sonriente, bohemio, pueblerino (en el mejor sentido de la
palabra), amante de la justicia social, respetuoso. Este año, por los factores
que se están presentando, se va directamente al sillón municipal. Esa juventud,
que se va extinguiendo, lo acompaña y es su segundo punto a favor y por ello,
tiene que tener tino, prudencia y moverse en esas aguas caudalosas y
resbalosas.
Wilson Zavaleta no ceja en su
cometido, ahí está batallando, seguramente tiene en mente que Sucre tiene las
posibilidades de surgir, que no todo está perdido; que está muy abandonado y
casi desolado económicamente, socialmente y culturalmente, yo le agregaría,
deportivamente. Ese es su sueño, sueño comprendido por pocos. Incomprendido,
por esos muchos que creen que el pueblo puede cambiar si su voto es por el
compañero de estudios, el primo, o el vecino. De esos muchos que creen que una
persona exitosa no debe ni puede ser alcalde, “…ese ya tiene plata, para qué
quiere más”, insólito, ¿verdad? Wilson es una persona que tiene la edad donde una
persona está entrando a los 65 años, es el promedio para que los especialistas
lo llamen, “La tercera edad”. Seguro que es un abuelo chocho y un padre muy
querido por sus hijos. Su vida holgada le permite viajar a cualquier parte del
mundo y del Perú, junto con su cónyuge, una o dos veces al año. Su sosiego no
tiene límites, tiene a su familia, un buen lugar donde vivir, no tiene
problemas financieros, hijos, nietos, familiares y amigos que lo quieren y
respetan. ¿Por qué no descansar y disfrutar de lo que la vida, con esfuerzo,
honradez y sacrificio de su parte, le han dado?
Comentan que Secundino está
trabajando en una obra de envergadura, agua potable para Celendín, Jorge
Chávez, José Gálvez y Sucre, con sus correspondientes caseríos. Mejor dicho,
como dicen los jóvenes, “es un obrón”.
Es buen momento para que con su experiencia, ingenio y vehemencia, devele
con propiedad, a los comuneros de la zona, su programa que aplicaría en caso
llegue a la alcaldía. No puede desperdiciar este buen momento. “El cambio que
Sucre espera lo podemos construir juntos”, slogan que identifica su lanzamiento
a las elecciones municipales de este año. Recién comprobará, también, cuánta
lealtad hay en sus posibles votantes.
Como anécdota quiero referirles
algo que me causó gracia. Napoleón Zegarra, más conocido en nuestra tierra como
Checa, tanteaba y tentaba su posible candidatura con los amigos de La Conga.
Les voy a dar su panetón para diciembre. Gracias don Checa, pero que sea en
lata ¿eh?. Me imagino que si les regalaba en bolsa, su derrota era 100% segura.
Con esto quiero decir, no se puede uno fiar de los votantes, dicen, “te voy a
apoyar, no te preocupes” y a la hora de entrar a la cámara oculta, apenas ven
tu símbolo o foto, dicen, “naca la pirinaca”.
El poder es algo que sólo lo
conocen los que han estado ahí y han tenido en sus manos decisiones que pocos
mortales lo pueden tener. El poder es la droga con la cual rompes con amistades
formadas por años, familia. Con el poder tus enemigos se vuelven tus mejores
amigos. No desearía que estos dos amigos, Wilson y Secundino, caigan
embriagados en ella. Sé que sus intenciones son las mejores. Ellos saben que
en este pedregoso camino a las riendas del Sillón Municipal, van a encontrar
dificultades. Desde el Huauco les deseo lo mejor.
Wito…
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