Perú

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25.3.14



                                                   ALEGRÍA SIN IGUAL


Podría ser el nacimiento de un hijo, conseguir trabajo (como está la vida), sacarse la loto, ganar el campeonato mundial de fútbol, graduarse, cumpleaños,… etc. Hay alegrías subliminales que nos llena el corazón de ternura, paz y amor y, son aprovechadas por las grandes transnacionales para vendernos sus productos: las navidades. Pero hay una alegría generalizada, pública, donde no existen barreras sociales, se divierten y gozan de ella como ninguna otra fecha del año: los carnavales. La particularidad común es el desenfreno, permisividad y descontrol.

Los carnavales están relacionados con lo bacanal, lujuria, pecado y ALEGRÍA. Por lo que cuenta la historia hay un 99.99 % de probabilidades que sea cierto. Seamos tolerantes con los que gozan, también con los otros. Todos los carnavales son maravillosos y pecaminosos, y, si hay cuerpo, cantemos las coplas carnavalescas. En la noche del Carnaval todo vale y dice la leyenda que por eso se ponen máscaras.

Es sabido que el mejor carnaval de mundo es el de Brasil, sin duda alguna. Dice una copla pueblerina, “Quieres carnavales, toma carnavales y a los nueve meses, lavando pañales” (cuando los pañales se lavaban, ahora vienen descartables). Cada pueblo organiza y se manifiesta de acuerdo a su cultura la manera de celebrarlo. ¿Acaso importa la historia que ésta viene de fiestas paganas de la antigüedad y lo relacionan con el dios Baco? No. Desde pequeños, al saber que llegó la fiesta del Rey Momo nos preparamos con globos, serpentinas, talcos y máscaras y por qué no,  algo de malicia, más si somos adolescentes. Todo vale.

Celia Cruz, sonera cubana, inmortalizó la canción, “La vida es un carnaval”. Mientras haya juventud y que resista los días principales, hay que darse gusto, aunque luego estemos para ir a un nosocomio por los estragos. Deberíamos asociar los carnavales con la cultura del respeto, difícil, para eso las autoridades deberían empeñarse en campañas publicitarias, spots televisivos y radiales: Jugar con los que deseen jugar, No desperdiciar el agua, Respeto a las personas de edad y mujeres embarazadas, etc. Los excesos no conducen a nada bueno, más, si éstos son por el alcohol, drogas y desenfreno.

Mientras tanto, digamos como Celia, “la vida es una hermosura”. La juventud es un estado al igual que la alegría, Dios nos dio el “Libre albedrío”, sabemos qué es bueno o malo. Disfrutemos.


Wito…


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