ALEGRÍA
SIN IGUAL
Podría ser el nacimiento de un hijo,
conseguir trabajo (como está la vida), sacarse la loto, ganar el campeonato
mundial de fútbol, graduarse, cumpleaños,… etc. Hay alegrías subliminales que
nos llena el corazón de ternura, paz y amor y, son aprovechadas por las grandes
transnacionales para vendernos sus productos: las navidades. Pero hay una
alegría generalizada, pública, donde no existen barreras sociales, se divierten
y gozan de ella como ninguna otra fecha del año: los carnavales. La
particularidad común es el desenfreno, permisividad y descontrol.
Los carnavales están relacionados con
lo bacanal, lujuria, pecado y ALEGRÍA. Por lo que cuenta la historia hay un
99.99 % de probabilidades que sea cierto. Seamos tolerantes con los que gozan,
también con los otros. Todos los carnavales son maravillosos y pecaminosos, y,
si hay cuerpo, cantemos las coplas carnavalescas. En la noche del Carnaval todo
vale y dice la leyenda que por eso se ponen máscaras.
Es sabido que el mejor carnaval de
mundo es el de Brasil, sin duda alguna. Dice una copla pueblerina, “Quieres
carnavales, toma carnavales y a los nueve meses, lavando pañales” (cuando los
pañales se lavaban, ahora vienen descartables). Cada pueblo organiza y se
manifiesta de acuerdo a su cultura la manera de celebrarlo. ¿Acaso importa la
historia que ésta viene de fiestas paganas de la antigüedad y lo relacionan con
el dios Baco? No. Desde pequeños, al saber que llegó la fiesta del Rey Momo nos
preparamos con globos, serpentinas, talcos y máscaras y por qué no, algo de malicia, más si somos adolescentes.
Todo vale.
Celia Cruz, sonera cubana,
inmortalizó la canción, “La vida es un carnaval”. Mientras haya juventud y que
resista los días principales, hay que darse gusto, aunque luego estemos para ir
a un nosocomio por los estragos. Deberíamos asociar los carnavales con la
cultura del respeto, difícil, para eso las autoridades deberían empeñarse en
campañas publicitarias, spots televisivos y radiales: Jugar con los que deseen
jugar, No desperdiciar el agua, Respeto a las personas de edad y mujeres
embarazadas, etc. Los excesos no conducen a nada bueno, más, si éstos son por
el alcohol, drogas y desenfreno.
Mientras tanto, digamos como Celia,
“la vida es una hermosura”. La juventud es un estado al igual que la alegría, Dios
nos dio el “Libre albedrío”, sabemos qué es bueno o malo. Disfrutemos.
Wito…
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