WITOTADAS
El día 12 de mayo, a las siete de
la noche, se presentó el “Libro de oro” en el auditorio “Reinero Álvarez” del
colegio San José de Sucre. Como siempre ocurre con esta clase de presentaciones
la audiencia se contó con los dedos de la mano. Estuvo presidida por el
director del centro educativo, Pedro Hermógenes Marín Araujo; los autores del
libro: Walter Mariñas Sánchez, Uriel Aliaga Marín y Julio Ernesto Marín Horna;
los colaboradores: Leandro Mariñas Casahuamán, el suscrito y Edwin Tinoco Silva.
El libro en mención tuvo algunos
inconvenientes para su edición que comparto con ustedes, sin ninguna mala
intención, para que no haya entredichos ni malas interpretaciones. Antes de
nada, quiero saludar el esfuerzo y dedicación que le puso el ingeniero Julio
Ernesto Marín Araujo para que salga a la luz sus 198 páginas, quien junto con
David Díaz Zelada se embarcaron en esta aventura de corregir y editarlo, denuedo
que merece un fraterno saludo. Seguramente las fallas en su edición se deben a
la premura del tiempo, pues, no fue un machote, le enviaron una recopilación de
datos, una especie de borrador, que le
llegaron faltando poquísimos días para el 12 de ese mes. Como me dice el mismo, “…fue una cosa de
locos, tenía que trabajarlo en contra del tiempo y de lo que tenía en la
mano…”.
El Libro de oro, merecido nombre
en homenaje a los 50 años de creación del Colegio San José de Sucre, su edición
y publicación, en un principio, estaba a cargo del señor Jorge Rojas Mori,
joven sucreño que sabe de esto y quien “…en una reunión ofreció hacerlo…”
(Walter Mariñas). Una vez en sus manos, el machote del libro en mención,
comenzó la revisión y edición encontrando algunas “deficiencias”, como
“…certificados médicos de profesores pidiendo licencia para no asistir al
colegio, recibos de donaciones de dos onzas de clavos y así por el estilo, que
no encajaban y estaban demás…”. Los encargados de la revisión y edición
llamaron a don Walter Mariñas explicando estos pormenores, la respuesta del
otro lado de la línea fue tajante, “…si no sale como se lo hemos enviado, no
sale…”. Intransigencia por ambas partes, no cedían. Se cancela el Libro de oro
y se canceló.
¿Qué hacer?, el director y los
autores del libro no podían creerlo, ni tampoco
correr el riesgo de perder tan soñado proyecto cultural en bien de las
generaciones venideras. Tenían un As bajo la manga. ¿Querrá hacerlo con el
tiempo que falta? No perdemos nada haciéndole llegar la documentación que
tenemos a mano. Es así como le llega, a su correo electrónico, a Julio Marín.
“… fue una locura...solo por el cariño al San José me embarqué
en esa aventura... Primo, lo que si te puedo decir es la satisfacción de haber
contribuido a publicar el libro...la única desazón es pensar que se pudo hace
mejor si solo hubiéramos tenido más tiempo”.
Lo único que pidió fue autonomía y es así como
el Libro de Oro se presentó ese día 12 de Mayo, teniendo buena acogida por
parte de la población y foráneos que quisieron tener en sus manos y a la vez,
en sus bibliotecas tan preciado documento. Con esta última esperanza no
funcionó la ya conocida frase, “…si no va como está, no va”, pues, los nuevos encargados
de su edición no tuvieron contemplación ni compasión y, no sólo le metieron
tijera, sino, moto sierra, con la anuencia y silencio de los autores. En fin,
quién entiende al ser más difícil de la creación, o sea, al humano.
La presentación
de libro estuvo a cargo del arquitecto Leandro Mariñas, quien conoce del tema,
con su verbo florido y acucioso cautivó al poco público presente, no sé si es
porque entendían demasiado o estaban en la luna de Paita. Las palabras de Julio
Marín Horna fueron contundentes, éstas fueron publicadas por el blog Chungo y
batán. También Uriel Aliaga y Hermógenes Marín contribuyeron al realce de la
obra con sus atinadas palabras.
No quiero pasar por alto algo importante, como
preámbulo de la ceremonia, el licenciado en educación, Rodolfo Salazar Silva,
presentó unos folletos de Razonamiento verbal tomando en cuenta algunos
escritores de nuestro ámbito local. Un buen aporte a las letras y educación de
nuestro pueblo. Un saludo al “pequeño ratón de bibliotecas” como le hemos
puesto algunos amigos al paisano Rodolfo.
Con Edwin
Tinoco, viejo amigo y joven cosmopolita, hicimos un pequeño texto. La primera
parte, casi mía, por eso el singular, fueron días de preguntas y paseo por
Sucre buscando viejos huauqueños para saber algo más del colegio. La segunda
parte, donde los profesores y directores fueron parte de nuestra realidad, él
contribuyó de manera continua con datos que me parecieron bien. No quiso que
pusiera su nombre en el artículo, pero sin esos datos no hubiera salido como
salió “Las letras de dos ex alumnos” y desde acá mis agradecimientos al
“Colorao”. Editaron un poco el
contenido, dizque, por algunas palabras altisonantes y ofensivas a algún
personaje. Publicaremos el original en el blog Huauco y si los hubo, pedimos
disculpas, nunca hubo mala intención.
Después del
programa en el colegio nos dirigimos a la plaza de armas a ver los primeros
castillos y bombardas, para luego pasar a la escuelita que nos recibió con los
brazos abiertos, celebraba sus más de cien años de creación, pasando una noche
inolvidable con los amigos de siempre. Desde acá mis saludos y felicitaciones a
todos los que pudieron hacer realidad sueños y proyectos de los que amamos las
letras.
Wito…
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