Perú

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30.6.14

Original



BODAS DE ORO

Todos los pueblos del mundo han superado su forma de vida gracias a la educación y Sucre no es la excepción. La  Constitución Política de cada uno de ellos, avala y alaba, como un Derecho del Ser Humano (sea cual sea su condición social) : la Educación.

Cuando se llamaba Huauco: bello, dulce, tierno sonido ancestral y, único nombre en el mundo; ahora Sucre (por algún capricho político), el pueblo contaba con dos escuelas, la 83 de Varones y la 84  de Mujeres. El  “Andrés Mejía Zegarra”, la 83, con su staff de excelentes profesionales. Dirigido por el director, don Merino … con su envidiable plana docente: Onésimo Silva, Mariano aliaga, Quintiliano Velásquez, Oscar Rojas, Manuel Marín…todos de primer nivel, o como dice ahora la juventud, A1. No tuve la suerte de que alguno de ellos sea mi profesor, pero como vivía frente a la escuela podía escuchar las clases del profesor Onésimo Silva: placentero, emotivo, vivencial, tanto así que cuando les leía a los niños, lloraba cual novio enamorado por la partida de la amada y reía a mandíbula batiente con alguna comedia del personaje y, se acompañaba, con toques suaves de su eterna guitarra. Si no retenías o aprendías algo de semejante cátedra eras sencillamente un “babieca”, como solía decirles a los alumnos. Era el tiempo donde la letra con sangre entraba (aunque sea cierto que habían y salían buenos alumnos, también se asistía a un concierto paranoico de golpes abusivos) y uno se tenía que aplicar si no quería recibir inmisericordes varillazos o una jalada de patillas, que sólo de verlo, dolía el alma. Cuentan que uno de estos antiguos Maestros traía su “Santo Negro” (una lonja de llanta de carro, “…si hubiera sido de bicicleta no daba risa”), “…uno en la palma de la mano y te hacía ver estrellas en el mar nublado…”. También eran tiempos donde el padre de familia le daba facultades plenipotenciarias para disciplinar al más tranquilo de sus vástagos. O sea, por ningún lado se podía escapar el niño travieso de recibir su buena dosis de escarmiento y corregimiento, muchas de las veces con ensañamiento. Lo curioso de todas estás “caricias”, los hijos de los Maestros eran “disciplinados”, en casa y, con más rigor en la escuela, para ejemplo del parvulario, no patibularios, estudiantil.

Surgía un enorme problema con los que terminaban su primaria en el viejo Huauco: No tenía el centro educativo inmediato, mejor dicho, la secundaria no existía. ¿Qué hacer? Una ardua, pero a la vez fructuosa y beneficiosa batalla tenía que empezar a librarse. Los niños de padres adinerados podían irse al “San Ramón” de Cajamarca, “San Juan” de Trujillo o al prestigioso “Guadalupe” de Lima. Mientras, algunos se quedaban en Celendín, en el Colegio Nacional “Javier Prado”. Grandes Unidades Escolares, de mucho prestigio. Todos estas G.U.E. recibían a los foráneos previo examen, con esto, los egresados de la 83 no tenían problemas,, eran superados por la excelente preparación académica  recibida por los profesores arriba mentados. La mayoría de “primariosos” o “escueleros” se quedaba en el Huauco a ayudar a sus padres y a trabajar en lo que se podía y había. Las diferencias sociales eran notorias en la escuela: estaban los enzapatados (4 o 5), hijos de hacendados o ricos comerciantes; los “llanquetejos” (por la ojota o el llanque), niños que venían de las diferentes comunidades de padres agricultores que querían que sus hijos les superen en educación y; terminaban en los “patacala” o como decían en Huánuco, los “calachaquis”, o sea, los descalzos, estos últimos eran los que se quedaban a “aplanar las calles” después de sus labores diarias en la chacra o en casa. Estoy seguro que cualquiera de ellos sigue teniendo el recuerdo de tan abnegados, educados y bien vestidos; Maestros, del “Andrés Mejía Zegarra”. Qué por cierto, con los cambios que se les antoja a los altos funcionarios en el sector educación, dejó de ser “Andrés Mejía Zegarra” para llamarse simplemente, Institución Educativa Publica N° 82427, fría, un simple número. Prefiero el anterior, suena a huauqueño. Queda algo interesante, todos los lunes siguen cantando el Himno a la vieja escuelita, “…Andrés Mejía Zegarra es el nombre…”, todos los niños a viva y una sola voz.

“Tenemos que gestionar con las autoridades educativas para que se haga realidad el sueño de la juventud, que nuestro Sucre tenga su colegio, es hora de poner el hombro”, se decían Onésimo Silva con algunos de sus colegas, el alcalde de esos años, don Eugenio Álvarez y muchos viejos huauqueños preocupados por la educación de sus hijos. Documentación, firmas de los ciudadanos pidiendo la creación de un Colegio Nacional Mixto, incluían el nombre, San José, seguramente por el insigne José de Sucre, generalísimo de Bolívar (político, estadista y militar venezolano, prócer de la independencia americana, así como presidente de Bolivia, Gobernador de Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y Comandante del Ejército del Sur). Algunos manifiestan que no fue por el Gran Mariscal de Ayacucho, sino, por el padre del entonces diputado, Alfonso Rodríguez, don José Rodríguez.  Todos los papeles que requería el Ministerio de Educación se habían adjuntado al requerimiento.

 En Lima alguien tenía que moverlos, sino, duerme en sus laureles. Los viajes a Lima no eran con la comodidad que ahora uno se va (bus cama, avión). Cuatro o cinco días de viaje,  toda una odisea digna de valientes. Sin embargo, el tesón conocido y temido de los viejos huauqueños no desmayó en ningún momento. Don Alfonso Rodríguez Domínguez, diputado por Acción Popular en ese entonces, fue el encargado de agilizar esa documentación empolvada, que la eterna burocracia, en alguna profunda gaveta guardaba. Su relación con el contumacino (Contumaza- Cajamarca-Perú), Javier  Alva Orlandini, hombre de mucho poder en el gobierno de Fernando Belaunde Terry, agilizó los documentos. Saliendo el Decreto Supremo con la creación, firmado por el Arquitecto y Excelentísimo Señor Presidente: Fernando Belaúnde Terry.

 Me cuentan, que el peso político del diputado en mención no estaba a la altura o que, como no le puso la debida importancia al papeleo, los burócratas estaban en sus garbanzales, qué más se querían. Como no había insistencia ni presión, dejaban que la documentación siguiera por algún lugar del intrincado ministerio. A la par, nuestros vecinos de José Gálvez, Huacapampa, hacían lo mimo, saliéndoles una Resolución Ministerial para la formación de su colegio unos meses antes que el de Sucre. Por ahí estaba Nazario, prominente intelectual huauqueño (odiado por sus adversarios [hasta el día de hoy], nunca le perdonaron su grandeza y se tejieron historias mezquinas  alrededor de él). Uno de los primeros indigenistas del Perú, poeta y Secretario Privado del ex presidente, Manuel Prado Ugarteche. Nazario Chávez Aliaga llegó a ser su Secretario y asesor del Consejo de Ministros de la Presidencia de la República. Arriba digo que me cuentan, no viví esas épocas y algo hay que contar por las Bodas de Oro de nuestro colegio. Don Nazario, movió sus poderosos hilos en el poder y le sale a Sucre su más ansiado sueño. En el año 1964, Sucre, obtiene el visto bueno para la creación del Colegio Mixto “San José” de Sucre.

 Una batalla más ganada a base de punche y buenas relaciones de nuestros viejos huauqueños.

Sin embargo, no todo fue un lecho de rosas, había serias dificultades que tenían que vencer. Se formó una comisión para la construcción del  local de los nuevos sanjosefinos. Mientras tanto la casa de doña Tina Salazar, quien gentilmente lo ofreció, sirvió de buen recaudo para las primeras promociones del Colegio. Fue nombrado como director, sacerdote de Sucre con algunos abandonillos veniales, el reverendo padre, Gilberto Calderón. Atinada decisión, pues los clérigos salen doctorados en teología, coloquiando con los alumnos acerca de filosofía religiosa estaba enseñando. Y como profesores, estaban a la mano los Maestros del Andrés Mejía Zegarra, no puede haber habido mejor solución. 

Como nada es eterno, la entidad educativa que maneja la data de profesores y directores, nombró como director al polémico, genial, polifacético, pintor, torero, conocía el inglés, griego, latín, y algunos etc. más; a don Alfredo José María Rocha Zegarra. Tenía un pecado para los celos profesionales, no era “pedagogo”. Fue ésta, causa de desavenencias en el interior del reciente fundado San José. Se formaron grupos que no aceptaban al “Loco Rocha”. Alfredo, firmaba sus solicitudes o cualquier documentación como Alfredo Rocha Segarra, al preguntarle el tremendo error que cometía, contestaba, “…la S es de sinvergüenza mi estimado amigo”.  Sin embargo, sirios y troyanos, nunca podrán decir que fue mediocre, pese a que de sus bondades es difícil que hablen. Otros detractores sugieren, con más sutilidad, por ahí que también era cuestión de faldas, podría ser, las “supremacías” había mermado. La verdad de la milanesa nunca se sabrá.
 Puede ser que la gran interrogante del  lugar de nacimiento  de don Alfredo sea un misterioso y polémico.  He sacado este dato que puede servir de algo:
“En el Huauco, siendo las ocho de la mañana de mil novecientos diecisiete, ante mi despacho se presentó don Juan Pío, a la vez el niño Alfredo José María nacido el 17 de setiembre del presente año. Hijo legitimo de Diógenes Rocha y de Estefanía Zegarra, siendo el primero de veinticinco  años de edad natural de Celendín, profesión carpintero y la segunda de veinticinco años de edad natural de Celendín, sombrera, mixtos, católicos a solicitar se asiente la referida partida de nacimiento en el libro de Registro de Estado Civil.
Manifestó el señor Zegarra ser el padrino de bautizo, en fe de lo cual firmaron conmigo que certifico.
Firman: Pedro Silva, Registrador, Juan Pío Zegarra, declarante, Salomón Calla y José Sánchez. “.
Los que deseen conocer más acerca de este profesional a carta cabal, pueden dirigirse al link http://sucremus.blogspot.com/2012/09/personajes-alfredo-jose-maria-rocha.html,  o consultar al libro: “Personajes de mi pueblo”,  de Gutenberg Aliaga Zegarra y Olindo Aliaga Rojas.

Con el ambiente enrarecido por los constantes roces, y no queriendo que de  esos roces llegaran a salir chispas, termina su mandato como Director el 08 de marzo de 1965, la mitad del Huauco se alegró y la otra mitad lloró. 

A partir de este año tomó la batuta el profesor José Adriano Bellina Sisniegas, hombre disciplinado que le gustaba fomentar el deporte, duró poco tiempo, hasta el mes de junio de ese mismo año, 1965.
El 01 de agosto llega el sucesor de José Adriano, el profesor Hernán Rogelio Chávez Álvarez, este duro un poco más, dirigió al Colegio hasta el 31-03, de 1966. Se empeñó en seguir la construcción del centro educativo.

Don Alfonso Montenegro Rodas asume el difícil cargo el día 01 de abril de de 1966, hasta el 25 de abril de 1969, tres años estuvo acompañando a los hijos del pueblo en su formación.

Mario Avalos Linller, casi todos los que asumían el cargo y este no fue la excepción, el  mes abril, vuelve a recibirlo, de 1969, hasta 1970.

Elmer Pedro Tejada Salazar, dos años duró su gestión, 1970-1972.

A éste le siguió don Efraín Quintanilla Candía. Mención aparte a tan distinguido Maestro, llegué a conocerlo. Esmirriado, enjuto, enérgico, educado y un verdadero pedagogo. Se lo veía entrar a los salones donde el profesor no había llegado. En vez de enojarnos, pues venía a quitarnos una hora de “chongo”, lo recibíamos con todo respeto, sabíamos que la clase que nos iba a dar sería todo un aprendizaje exquisito. Su carácter lo llevaba a ser parco con los alumnos, en él funcionaba el total respeto del alumno al profesor con reprocidad. El alumno es alumno y el profesor era el profesor, esto no lo hacía déspota, su conversación, hasta el día de hoy, es gentil. En cierta oportunidad, en la misa del profesor Quintiliano Velásquez, empinamos el codo y le pregunté, “…don Efraín, cuando estuvo usted de director del colegio, fue los años que más laureles deportivos le trajimos al San José, usted nos decía palabras bonitas pero nunca se acercó a brindar una copa con nosotros…”. “Ustedes eran alumnos,… pero no hay ningún problema, ahora te doy mis felicitaciones brindando, no con una, sino, con muchas copas”. Grande Don Efraín. Su periodo fue, 1973 hasta 1980.

Santiago Galarreta Castro, el “teacher”, como le decía todo el mundo. Recibió la encargatura de la dirección por unos meses en el 80, específicamente, hasta noviembre de ese año. Fue el creador y presidente del Club Deportivo Cultural “Independiente”. Nunca perdía el sentido del humor, el equipo de sus amores perdía inmisericorde por goleada y el alentándolos hasta el último minuto, “…vamos al empate muchachos…”. Las personas que nunca fueron sus alumnos y personas extrañas  lo conocían como “el profesor ticher”. Un buen hombre, ocurrente, compañero bohemio, fumador empedernido, amigo, persona muy estimada en el terruño. Llegó a se alcalde del pueblo por el APRA. Los Galarreta forman parte de la historia de Sucre, pese a que él fue huamachuquino (Huamachuco-La Libertad-Perú). 

Le tocó el turno al profesor, Silvestre Reyna: inteligente, alto para el común de los ciudadanos ( de ahí el “Shilvazo”), joven, amigable, conversador, respetuoso. De conducta buena, no amante del alcohol ni de los cigarrillos, ni de escándalos, padre amoroso y preocupado por sus hijos. Algunos de sus alumnos lo conocen como “Gringo” Fue nombrado director del Colegio cuando salí de él. De padres huauqueños, honrados, respetados y conocidos comerciantes del barrio Minopampa. Egresado de la Universidad de Trujillo como Licenciado en Historia del Perú e Historia Universal. Desde 1981 hasta 1994. De Silvestre si podemos decir que todos sus ex alumnos, jóvenes, lo tienen presente. He podido recopilar opiniones de ellos, directamente o por intermedio del fascínate mundo cibernético. Juzguen ustedes:
“En su momento fue un Director mediocre,  quizás por el hecho mismo que cuando alguien te tiene caminando derechito en su línea, no te gusta, pero creo que al final lo hizo bien, claro, gracias a la ayuda de su mujer… Nunca se caracterizó por ser un comunicador social alto, tenia muchos problemas para hablar… Nosotros lo llamábamos el " MESTE, iniciaba sus discursos, “Mesteee, queridos alumnos…".  “Y ¿qué tal era?”, “Bien…mudo”. Palabras sueltas de acá y de allá.

El legado de la dirección, por poquísimo tiempo, fue al profesor Evergisto Aliaga Silva en 1994.
El actual Director, Pedro Hermógenes Marín Araujo, asumió el prestigioso cargo en 1994, casi 19 años conservando la difícil misión a la que fue encomendado. Muy atento él, como dicen sus colegas, “a nada le dice no, aunque luego no lo haga”. Posiblemente sea el encargado y a la vez tenga el honor, de estar presidiendo la tan esperada “Bodas de Oro” del presente año que se avecina. Digo posiblemente porque con el concurso, que hay por estos días, para la Dirección, a la que no se presentará, el próximo año, 2013, tendríamos nuevo director. Pero él, valientemente está coordinando y cooperando con las diferentes actividades a la que los ex alumnos están abocados.

No nos cansaremos de decir que “Todo tiempo pasado fue mejor”. En música, fútbol (recordemos que tenemos una selección peruana que hace décadas que no va a un Mundial), lo que nos comprábamos eran eternos no descartables, y, casi un 85 % convencido que en Educación, la antigua, fue mejor. Pese a lo cruel que fue, ahí están esos 15 % que faltan. Ahora pienso que es buena sólo el 15 %, por todos los adelantos cognoscitivos, científicos, cibernéticos, pedagógicos, etc. El resto radica en el triángulo, que se ha roto, Maestro, Alumno y Padre de Familia. Como padre de familia, cómo puedo conversar con un profesor de mi colegio que me dice, “…cuando haiga que tomarle el examen a su sobrina, le paso la voz”. Nunca regresé y no sé si mi sobrina, que me había encargado hablarle, salió bien.
Este año, que cumplimos nuestras Bodas de Oro de haber salido de las aulas de nuestro  gran colegio, esperamos que todos hagamos un esfuerzo y nos decidamos celebrarlo a la altura que nosotros mismos merecemos por el simple y significativo hecho de ser ex alumnos del San José y sanjosefinos  por siempre. Seamos tolerantes y generosos con nosotros mismos y con nuestros compañeros de promoción y no dejemos que una fecha tan significativa como esta, pase inadvertida sin haberla celebrado como se merece para felicidad de todos.

Hay que  recordar y agradecer, ¿cómo no hacerlo?,  si ahora, diez lustros después, aún sentimos  la influencia y la presencia en nuestra vida cotidiana esa formación tan llena  de valores,  de principios,  de conocimientos, para formar parte de nuestras vidas. Enseñanzas que marcan la diferencia con personas de diferentes pueblos y formaciones; en buena parte se debe a nuestros profesores, algunos aún vivos, con los achaques propios de la edad, acerquémonos a ellos a saludarlos, a agradecerles con un buen apretón de manos o un efusivo abrazo, que aún los recordamos. Saludos a esos Viejos Maestros, don Efraín, Silvestre, doña Esther, Jobo, Julio, Raúl, Jaime (el que les decía a sus alumnos, “no seas guardia hombre”, con ironía y el 51 % de sus alumnos se graduaban como tales beneméritos), la profesora Quito, el Teacher Santiago. Mención aparte, las cualidades y bondades personales de don Quirino y don Álvaro, eran totalmente educativas, aprendíamos de ellos. Fabian, Ever, Ellos con sus virtudes y defectos dejaron huellas en nuestras vidas, por todo ello, les estaremos eternamente agradecidos.

Para los primeros sanjosefinos, como para los jóvenes, seguramente recordarán más nombres, pido disculpas que no hayamos investigado más, pero es nuestra modesta colaboración.

                                                                                                                                                                                   E&E

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