Perú

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1.9.14

Demetrio Zegarra Zegarra




WITOTADAS

Mi blog, a quien lo abandono por largos periodos de tiempo, se llama HUAUCO y le he agregado: “Tierra donde me gustaría morir”. Expresamente y reiteradas veces les he manifestado, casi ordenado, a mi familia, que si muero en Cajamarca me lleven a enterrar a Sucre. No sé si los muertos tengan orgullo, pero si lo tienen, qué gusto más grande  sería sentir ese orgullo. Cuando fallece alguien en nuestro querido Huauco, todo el pueblo lo despide, porque ha sido parte de él. Como dicen nuestros ancestros, “hasta con perros se van” y encima te piden el “chane” (comida para llevar a casa para el familiar que no ha podido ir al velorio). Los niños, corretean y se pelean por los alrededores esperando su café (nada más delicioso en la vida que un rico café de velorio). Los amigos esperan que se vaya un poco de gente para comenzar a chacchar la hoja sagrada de los Incas y tratar de sacarle una sonrisa, de su honda tristeza, al familiar cercano del difunto que nos acompaña. Son los que se quedan hasta rayar el día, despidiéndoles con un caldo de motes con menudencia de carnero. Anécdotas mil aparecen del que partió, festejándolo con sonoras y fuertes carcajadas. Por estas y mil cosas más, mi más preciado sueño, es ser enterrado en este amado paraje mágico, que para el beneplácito orgullo de muchos, llevará el eterno nombre de Huauco.

En reiteradas ocasiones he manifestado la gran familiaridad existente entre los ciudadanos del enigmático y telúrico Huauco. Justamente, los de mi generación somos hijos de huauqueños y todos sabemos que somos familias por ambas y mangas. O sea, el árbol genealógico del viejo Huauco, ahora Sucre, para los estudiosos es “pan comido”, con la conclusión de, éstos, que por algún lado, somos familia, “y bien cerca”, como esos viejos huauqueños, pocos ya, nos dicen. Tío, primo, sobrino. “Por tu mamá eres mi sobrino, pero por tu papá, mi primo”, me decía un tío, a quien no le puedo decir primo pese a su acuciosa información. Hay tíos que son unos niños y jamás les vamos a decir, “Buenos días tío”, más bien, seguramente, se acostumbraran a decirnos tíos. De adolescente cuando me declaré a una hermosa señorita, me contestó, “cómo ya pue primo, tu mamá es mi tía” y yo, “disculpa prima”. 

El ambiente familiar es notorio y evidente para el que conoce Sucre por primera vez. Basta darse una vuelta por el pueblo, un promedio de veinte minutos, y los saludos de familiaridad son en cada encuentro con un. “Tío, buenos días”, “hola primito”, “cómo estás sobrino” y así transcurren los minutos caminando por el apacible “Huauco Viejo”. Sucre es una casa grande. 

Hace un mes atrás, un viejo huauqueño falleció y Sucre se sumió en la tristeza. “Tu tío, el Loquito Demetrio nos dejó”.  Cuando la noticia me llegó, como a muchos otros familiares, la nostalgia se apoderó de mí. Si de algo nos servía de consuelo y con ello paliábamos un poco la pesadumbre, es que ya no recibiría los tratamientos para calmar los terribles dolores, el tío no sufriría más. Muchos piensan que es mejor dejar que la Parca los lleve, cuando no se es familiar directo, la familia más cercana hace todo lo posible para que los acompañe un tiempo más, hasta esperan un milagro. 

De gesto adusto y colorado. De andar rápido y algo malhumorado. Con un vozarrón desconcertante e intimidante para el extraño. Benemérito Guardia civil. Desde su infancia es conocido como Loco Demetrio. Donde quiera y con quien haya estado, imponía respeto. Cuando se le perdía el miedo y estaba de buen humor, era grato escucharlo, un bagaje de experiencia exquisita de la vida. Chalan de sus buenos caballos de paso. Padre de recia disciplina. Amante de la buena ganadería, tal vez por eso a su pequeño fundo le puso de nombre, “El gran chaparral”. Amigo fiel y leal… 

Ayer se celebró un mes de su fallecimiento, cuando le dije a un vecino para ir, me dijo, “no han pasado invitación” a lo que le contesté, “para la misa del tío Demetrio no necesitamos invitación”. El dolor se ha suavizado en los rostros de los familiares, la paz ha entrado en sus almas. Signo de que el tío Demetrio también está en Paz.

Será difícil olvidarlo, pues, tiene dos hijos muy parecidos a él físicamente y también con una buena dosis de esa locura sana del  tío “Loco Demetrio”.

Descansa en paz tío. 

 

Wito...


1 comentario:

Patty dijo...

Extenso pero muy buen post tío.... besos...

Y no estés pensando en morirte ni nada de entierros, todo llega en el momento preciso.

Besos :*