Perú

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10.9.14

Inteligencia y esfuerzo...


WITOTADAS

Nada es fácil. Salvo para los genios. Me decía un buen amigo y seguía, “…¿cuándo a Maceta (Mario Collantes) lo has visto esforzarse en un examen de matemáticas?, ¡Nunca!, ni siquiera repasaba, se daba el lujo de sacar problemas de las “ciencias exactas” por donde a él le daba la gana y, no sólo en el colegio eh, si no, en la U…, mientras que nosotros nos amanecíamos y ni siquiera lo comprendíamos... ”. Cierto, me consta, si es que no llegaba a genio, era lo más parecido. Entre cientos de personas siempre hay uno o dos que destacan por su inteligencia, no sólo con los números (lógica), ahora dicen que hay ocho (otros dicen nueve) inteligencias, ¡ah bárbaro! Suficiente que sepa sumar, restar y tener buena conversación donde están incluidas las demás inteligencias, un poquito de cada una de ellas: lingüística o verbal, espacial, musical, intrapersonal, interpersonal, acompañado con la corporal cinética (pelotero, basquetbolista, etc.); todos somos inteligentes. De la que nos salvamos muchos por eso de las “inteligencias múltiples” y estarles agradecidos a estos investigadores.

Para nosotros, comunes y corrientes, se nos dificulta aprender más de lo que nos gusta; el escribir. Me imagino que es fácil para aquellos que tienen estudios, que saben acerca del sustantivo, verbo, adjetivo, tiempos…etc. Es tan basta la ciencia de la lingüística que no me alcanzaría la eternidad para aprenderlo. “No es necesario tener estudios de lingüística para escribir, los mejores escritores del mundo no lo tienen, quizás con los años, pero sus mejores obras han salido del corazón, del alma, aparte de su genialidad, claro está…”, “…al contrario, los que estudiaron esa ciencia salidos del colegio y con alguna vena literaria, se quedaron como críticos, que es otra faceta del que escribe…, hay algunos, pese a sus estudios, que son malísimos como escritores…”, en una conversación, algo bohemia, con dos amigos y agregué, “…hay que darle nomás, así escribamos pésimo, algún día saldrá algo regularon…”. 

No es sencillo trasladar el lenguaje hablado al escrito. Al escrito no se pueden trasladar emociones, el timbre y las inflexiones de la voz…por eso tal vez los tres puntos que acostumbro a poner en lo que hago. Escribir es como una terapia de tranquilidad, sólo sabes que tienes que hacerlo y si las condiciones son propicias, ¿por qué no? “Elmer, por qué no escribes de la actualidad política que se vive en Sucre…, dónde se quedo el deporte…, de “Chuy” (Renán Zegarra), el mejor deportista de Sucre…, sólo escribes de tus amigos…, etc.”. Comentarios que hacen cuando salgo a divagar en mis ratos de ocio (já) por Sucre. Hay tanto qué contar que echaré las frazadas de la holgazanería al costado y comenzar con lo que está pasando: las próximas elecciones de este hermoso pero apasionado Huauco eterno, este cinco de octubre se juega su futuro.


                                                                                                                                                                       Wito…

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