Perú

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17.9.14








WITOTADAS

Jamás de los jamases podría desear el mal a un semejante, por más mal que haya hecho o me haya hecho. No podría malgastar mi energía queriendo que le salga mal lo que emprende. Cada quien es responsable de sus actos a partir de los diez y ocho años de edad, mucho más,  si los diez lustros lo dejaste atrás hace unos años. Los deseos, malévolos, de muchos en estas justas electorales son anecdotarios y difíciles de dejar de contar. Deben de ocurrir en todos los rinconcitos de nuestro Perú y de cada rincón del mundo. Pareciera ser la esencia de nuestra naturaleza humana, si no lo sabemos canalizar nadaremos juntos en ese fango lleno de inmundicia. Mientras tanto vivamos los momentos, de todas maneras el agua chispotea y nos llega, no podemos ser ajenos a la realidad. Y nadie es santo, nadie.

Qué bueno que en nuestro pueblo haya trabajo, “sólo para la gente del alcalde”, no importa. El ganador de este tipo de contiendas lleva su gente y ahí se quedan, tal vez sea esto el por qué hay tantos trabajadores en nuestras municipalidades. Todos tenemos familia y hay que protegerlos. Sin trabajo se torna cuesta arriba y lo peor que puede pasar es comenzar a delinquir, a la larga, por una caja de leche para sus críos, los llevan a una penitenciaria sin saber cómo y cuándo van a salir. Al tener trabajo en la municipalidad, está asegurada la comida de su familia. La tiendita de la esquina le da crédito, a fin de mes paga. Pueden darse ciertos gustos, si es que son responsables, para eso ganan. Tampoco vamos a querer verlos mal vestidos, con llanque y sin prosperidad en su vida. El trabajo les mejora su estatus social, económico, cultural no sé, de salud…indudable. Qué bueno que tengan trabajo.

 Qué malo que este trabajo los haya hecho insensibles, orgullosos, prepotentes y hasta malcriados. Conmigo no por supuesto. El tener trabajo en una entidad como la municipalidad, no les da derecho a  hacer de ésta, su chacra o sus dominios. La municipalidad es del pueblo y por ello, los que trabajan ahí, comenzando por el alcalde, tienen que tener un trato preferencial con sus pobladores. Los gobernantes del municipio están en la obligación de rendir cuentas, vía Internet o con publicaciones escritas, de sus gastos corrientes a su pueblo. Unos buenos días, buenas tardes o un simple hola no nos hace menos, al contrario. Una sonrisa podría cambiarle el día hasta al más enojón; tampoco hay que exagerar como las señoritas, automatizadas, de las grandes tiendas comerciales, parecen maquinitas sonriendo. La amabilidad debe ser su carta de presentación, pareciera que todos andan enojados y nerviosos. No entiendo lo último, nerviosos. Como decía la abuela, están “como nigua madura”.

La tacha, en primera instancia aceptada, al candidato Wilson Zavaleta desencadenó ciertos odios en los amigos de éste, contra el causante de tal medida y contra sus más cercanos colaboradores. La mecha se prendió, no podían creerlo. Publicaron, sin medir las consecuencias y sin consultar al primer interesado, un escrito. Sin querer, al hacerlo, han perdido algunos votos de parte de algunos trabajadores ediles, que sí quieren un cambio. Porque si se puede cambiar nuestra Municipalidad. No me gusta el fanatismo, nos lleva al extremismo. Cuando se llega al fanatismo se cometen errores irreparables y que hacen daño a familias completas, al menos en nuestro pequeño pueblo es muy evidente. Lo hemos sufrido y lo seguimos sufriendo con lo del Sauco. Parece ser, que al desestimar el JEE la tacha contra Wilson Zavaleta Pérez, ha despertado cierta curiosidad en los electores, el ¿por qué? , ha sido un bumerang y le ha dado réditos en los indecisos.  Pero este tipo de errores pueden costar caro el 5 de octubre. Más tino, más mente que corazón. La pasión es buena, no siempre el fin justifica los medios. (Me acaban de comunicar que el candidato por Acción Popular, Wilson Zavaleta Pérez, ha deslindado cualquier vínculo con los autores del escrito y ha pedido que éstos cesen). 

Dicen que el verdadero valor está en la derrota, no en el triunfo. Hay que saber perder y algunos pierden antes de entrar a la batalla. Ahí están: los que insultan, agreden, ofenden. En las elecciones pasadas acompañé a mi amigo Secundino Silva Urquía en su aventura de postular al sillón municipal de Sucre. Pude percibir en él, honestidad. Los buenos proyectos en favor de Sucre son su obsesión, principalmente la de las vías de comunicación, de sus caseríos con el distrito. Hablábamos y soñábamos de mejorar la cultura y el deporte en los jóvenes. Buen bohemio. Me gustaría que sus saludos, en nuestros pocos encuentros, no sean tan fríos, pues siempre lo voy a considerar un amigo con muchos sueños en favor de Sucre y sus comunidades. Diciéndole, que estés en política, los agravios van a seguir viniendo y tú sabes de ello.

Hay exageración en algunos comentarios, a favor o en contra, acerca de los candidatos. ¿Podría un trabajador, con 800 soles mensuales, comprarse un terreno en el balneario de los  Baños del Inca? En este tiempo es imposible, salvo que se saque la bendita Tinka. Si no estoy equivocado, el metro cuadrado en la Primera Maravilla del Perú, es de 5 000 dólares. Si hablamos de cien metros cuadrados, humildemente, estuviéramos “vociferando” de medio millón de verdes y eso es exagerar. Mi vecino es el joven David Torres Abanto, candidato a la alcaldía por Fuerza Social. Ha aceptado la postulación no sabiendo en lo que se estaba metiendo. Lo digo porque es un joven correcto, amable, educado, deportista  y que se ha ganado enemigos por su lealtad. Es el que da la cara y el pecho. En el concejo es el que atiende los problemas y siempre tiene una sonrisa para saludarte. La lealtad no tiene que ser sinónimo de servilismo. Ahora debe estar diciéndose, “…la hora en  la que me metí”.

La decisión de tener un nuevo alcalde para el próximo año está en cada uno de los votantes. ¿Quién será? Quedan algunos días para tan angustiante decisión. ¿Habrá algún proyecto para  las comunidades que cuentan con fluido eléctrico tener Internet en su centro educativo?, ¿qué van a hacer por el folklor y el deporte?, ¿algún día la ganadería del Sauco volverá a ser la que fue del señor Puga, imponentes y bravos?, ¿podrán revertir las perdidas en ganancias en el Zoológico del Común?, ¿seguirán los niños, adolescentes y jóvenes viendo basura en los canales de televisión?, ¿ esas pozas de oxidación de José Gálvez y Jorge Chávez seguirán contaminando el precioso Común?...Entre los ocho postulantes a la cartera de la Municipalidad, usted ciudadano, tiene la palabra.

Wito…

1 comentario:

Anónimo dijo...

En incomprensible e inexplicable la batalla sucia por querer alcanzar el sillón municipal, se supone que el objetivo común de todos los candidatos y de sus acompañantes es tratar de sacar adelante a Sucre pero es todo lo contario, pues la cultura está por los suelos me refiero a esos candidatos que se dedican a emitir y lanzar mierda para tratar de embarrar a sus contendores, forman alianzas entre perdedores cacasenos que lo único que logran es dañar la imagen de nuestro pueblo, lamentablemente llegara al sillón municipal alguno y el circulo vicioso se repetirá nuevamente