WITOTADAS
Jamás de los jamases podría
desear el mal a un semejante, por más mal que haya hecho o me haya hecho. No
podría malgastar mi energía queriendo que le salga mal lo que emprende. Cada
quien es responsable de sus actos a partir de los diez y ocho años de edad,
mucho más, si los diez lustros lo
dejaste atrás hace unos años. Los deseos, malévolos, de muchos en estas justas
electorales son anecdotarios y difíciles de dejar de contar. Deben de ocurrir
en todos los rinconcitos de nuestro Perú y de cada rincón del mundo. Pareciera
ser la esencia de nuestra naturaleza humana, si no lo sabemos canalizar
nadaremos juntos en ese fango lleno de inmundicia. Mientras tanto vivamos los
momentos, de todas maneras el agua chispotea y nos llega, no podemos ser ajenos
a la realidad. Y nadie es santo, nadie.
Qué bueno que en nuestro pueblo
haya trabajo, “sólo para la gente del alcalde”, no importa. El ganador de este
tipo de contiendas lleva su gente y ahí se quedan, tal vez sea esto el por qué
hay tantos trabajadores en nuestras municipalidades. Todos tenemos familia y
hay que protegerlos. Sin trabajo se torna cuesta arriba y lo peor que puede
pasar es comenzar a delinquir, a la larga, por una caja de leche para sus
críos, los llevan a una penitenciaria sin saber cómo y cuándo van a salir. Al
tener trabajo en la municipalidad, está asegurada la comida de su familia. La
tiendita de la esquina le da crédito, a fin de mes paga. Pueden darse ciertos
gustos, si es que son responsables, para eso ganan. Tampoco vamos a querer
verlos mal vestidos, con llanque y sin prosperidad en su vida. El trabajo les
mejora su estatus social, económico, cultural no sé, de salud…indudable. Qué
bueno que tengan trabajo.
Qué malo que este trabajo los haya hecho
insensibles, orgullosos, prepotentes y hasta malcriados. Conmigo no por
supuesto. El tener trabajo en una entidad como la municipalidad, no les da
derecho a hacer de ésta, su chacra o sus
dominios. La municipalidad es del pueblo y por ello, los que trabajan ahí,
comenzando por el alcalde, tienen que tener un trato preferencial con sus
pobladores. Los gobernantes del municipio están en la obligación de rendir
cuentas, vía Internet o con publicaciones escritas, de sus gastos corrientes a
su pueblo. Unos buenos días, buenas tardes o un simple hola no nos hace menos,
al contrario. Una sonrisa podría cambiarle el día hasta al más enojón; tampoco
hay que exagerar como las señoritas, automatizadas, de las grandes tiendas
comerciales, parecen maquinitas sonriendo. La amabilidad debe ser su carta de
presentación, pareciera que todos andan enojados y nerviosos. No entiendo lo
último, nerviosos. Como decía la abuela, están “como nigua madura”.
La tacha, en primera instancia
aceptada, al candidato Wilson Zavaleta desencadenó ciertos odios en los amigos
de éste, contra el causante de tal medida y contra sus más cercanos
colaboradores. La mecha se prendió, no podían creerlo. Publicaron, sin medir
las consecuencias y sin consultar al primer interesado, un escrito. Sin querer,
al hacerlo, han perdido algunos votos de parte de algunos trabajadores ediles,
que sí quieren un cambio. Porque si se puede cambiar nuestra Municipalidad. No
me gusta el fanatismo, nos lleva al extremismo. Cuando se llega al fanatismo se
cometen errores irreparables y que hacen daño a familias completas, al menos en
nuestro pequeño pueblo es muy evidente. Lo hemos sufrido y lo seguimos
sufriendo con lo del Sauco. Parece ser, que al desestimar el JEE la tacha
contra Wilson Zavaleta Pérez, ha despertado cierta curiosidad en los electores,
el ¿por qué? , ha sido un bumerang y le ha dado réditos en los indecisos. Pero este tipo de errores pueden costar caro
el 5 de octubre. Más tino, más mente que corazón. La pasión es buena, no
siempre el fin justifica los medios. (Me acaban de comunicar que el candidato
por Acción Popular, Wilson Zavaleta Pérez, ha deslindado cualquier vínculo con
los autores del escrito y ha pedido que éstos cesen).
Dicen que el verdadero valor está
en la derrota, no en el triunfo. Hay que saber perder y algunos pierden antes
de entrar a la batalla. Ahí están: los que insultan, agreden, ofenden. En las
elecciones pasadas acompañé a mi amigo Secundino Silva Urquía en su aventura de
postular al sillón municipal de Sucre. Pude percibir en él, honestidad. Los
buenos proyectos en favor de Sucre son su obsesión, principalmente la de las
vías de comunicación, de sus caseríos con el distrito. Hablábamos y soñábamos
de mejorar la cultura y el deporte en los jóvenes. Buen bohemio. Me gustaría
que sus saludos, en nuestros pocos encuentros, no sean tan fríos, pues siempre
lo voy a considerar un amigo con muchos sueños en favor de Sucre y sus
comunidades. Diciéndole, que estés en política, los agravios van a seguir
viniendo y tú sabes de ello.
Hay exageración en algunos
comentarios, a favor o en contra, acerca de los candidatos. ¿Podría un
trabajador, con 800 soles mensuales, comprarse un terreno en el balneario de
los Baños del Inca? En este tiempo es
imposible, salvo que se saque la bendita Tinka. Si no estoy equivocado, el
metro cuadrado en la Primera Maravilla del Perú, es de 5 000 dólares. Si
hablamos de cien metros cuadrados, humildemente, estuviéramos “vociferando” de
medio millón de verdes y eso es exagerar. Mi vecino es el joven David Torres
Abanto, candidato a la alcaldía por Fuerza Social. Ha aceptado la postulación
no sabiendo en lo que se estaba metiendo. Lo digo porque es un joven correcto,
amable, educado, deportista y que se ha
ganado enemigos por su lealtad. Es el que da la cara y el pecho. En el concejo
es el que atiende los problemas y siempre tiene una sonrisa para saludarte. La
lealtad no tiene que ser sinónimo de servilismo. Ahora debe estar diciéndose, “…la
hora en la que me metí”.
La decisión de tener un nuevo
alcalde para el próximo año está en cada uno de los votantes. ¿Quién será?
Quedan algunos días para tan angustiante decisión. ¿Habrá algún proyecto
para las comunidades que cuentan con
fluido eléctrico tener Internet en su centro educativo?, ¿qué van a hacer por
el folklor y el deporte?, ¿algún día la ganadería del Sauco volverá a ser la
que fue del señor Puga, imponentes y bravos?, ¿podrán revertir las perdidas en
ganancias en el Zoológico del Común?, ¿seguirán los niños, adolescentes y
jóvenes viendo basura en los canales de televisión?, ¿ esas pozas de oxidación
de José Gálvez y Jorge Chávez seguirán contaminando el precioso Común?...Entre
los ocho postulantes a la cartera de la Municipalidad, usted ciudadano, tiene
la palabra.
Wito…
1 comentario:
En incomprensible e inexplicable la batalla sucia por querer alcanzar el sillón municipal, se supone que el objetivo común de todos los candidatos y de sus acompañantes es tratar de sacar adelante a Sucre pero es todo lo contario, pues la cultura está por los suelos me refiero a esos candidatos que se dedican a emitir y lanzar mierda para tratar de embarrar a sus contendores, forman alianzas entre perdedores cacasenos que lo único que logran es dañar la imagen de nuestro pueblo, lamentablemente llegara al sillón municipal alguno y el circulo vicioso se repetirá nuevamente
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