Perú

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15.11.14

Soy así...





WITOTADAS

Siempre voy a regresar al Viejo Huauco y al ensoñador Huánuco mientras tenga vida y los restos físicos me lo permitan y, para que esto suceda, aún me quedan algunos años... Pese al dicho ese tan conocido de, “…pueblo chico…”, a los pueblos se aman con el paquete incluido. Se los ama por su historia, ese pasado de nuestros antepasados transportados con recuerdos hacía nosotros, todo ello forma parte de nuestra identidad. Cada pueblito, con su historia, impregna en sus pobladores un sello indeleble del cariño y respeto que debemos tener por Él. Todo este bagaje de cultura, heredados intrínsecamente, hace que no permitamos que alguien, menos de sus propios hijos, ofenda a ese pueblo amado, menos, a su historia. Respeto y cariño por lo telúrico. Ese que va más allá de decir, “soy peruano…”, es el amor al alma de su tierra…mejor dicho, a su cultura.


Regresar a Huánuco se hace difícil por obvias razones, muy esporádicamente respiro esos tibios y románticos aires huanuqueños. Al Viejo Huauco, sí. Siempre estoy por acá, la persona más importante de mi vida aún camina cansinamente por las habitaciones del viejo caserón, cantando, refunfuñando y recordando, arrastrándonos por éstos últimos. Su memoria no recuerda dónde deja sus llaves, su cartera o algún encargo…pero recuerda a los familiares y amigos que hace mucho nos dejaron, con una nitidez que cualquier video grabadora de última generación, con HD, envidiaría. Regresamos, yo y mi alma, a seguir pensando en voz alta, que significa seguir escribiendo, pues, como alguien me dijo, escritor pueblerino. Regresamos a respirar pasiones adolescentes que envuelven nuestra vejez en un manto de ternura. Regresamos porque aún están los viejos amigos que te embriagan con su amistad y los recuerdos. Regresamos porque necesitamos del Viejo Huauco…


“…como decíamos ayer”. Estamos de vuelta al barrio, ese barrio querido que nos cobijó con una inmensa ternura en la adolescencia. Volvemos a sentir ese olor a huerto y a horno. Estamos en el Viejo Huauco de vuelta. Minopampa nos recibe. Se siente en el aire cierta pesadez, como algo que no anda bien, ¿heridas mal cerradas? Las consecuencias de la lid electoral han dejado abiertas llagas que hieden. Este 15 de noviembre se celebró un año más del cambio de nombre, “…de Villa del Huauco por Sucre” (seguramente por argucias políticas, porque no había ninguna necesidad, como lo es en nuestros vecinos, siguen conservando sus nombres: Huacapampa y Lucmapampa)). Las autoridades ordenaron que la actuación central sería el 14, no el 15 como todos los años. ¿Qué pasó? No hay una explicación coherente. No desfiló el Colegio San José, la Escuela 82427, Centro de Salud, la Policía Nacional. El Instituto “ALJOMARZ” estuvo presente, con los niños del Jardín, que como siempre son los más entusiastas y a ellos acompañaron los trabajadores de la Municipalidad. Las palabras del señor Benjamín Chávez Valderrama, en representación del burgomaestre saliente, dieron comienzo a una fría actuación.


El entusiasmo de los paisanos deportistas residentes en Cajamarca, como todo el mundo pensó, “¡15 día central y sábado!”, se vinieron con un equipo de fútbol para jugar contra un combinado de Celendín. Este encuentro se jugó correctamente, con árbitro colegiado (don Elmo Cotrina), por lo menos las camisetas en orden y 22 viejitos tras la redonda. Los asistentes se fueron satisfechos y con los amigos de Celendín, luego del partido, se disfrutó un armonioso ágape. Una carrera del medio campo al área contraria, a muchos, le ha dicho a nuestro organismo que, definitivamente, no estamos para esos trotes, pero el entusiasmo nos gano y aquí estamos adoloridos todavía. El triunfo se lo llevaron los amigos celendinos en un partido bien luchado. Desde acá mis felicitaciones al ASUC (Asociación de Sucrenses residentes en Cajamarca), primero, porque le dieron alegría a ese día tan especial ; segundo, por la invitación a participar con ellos y tercero, porque no me sacaron cuando era un estorbo en el campo (jugar fútbol después de siete años y ponerse los chimpunes, tiene sus consecuencias). Gracias.

Wito...

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