WITOTADAS
Mas
vale jefe conocido que por conocer, reza el dicho, o algo parecido.
Las pocas personas que leemos en Sucre tenemos
que agradecer al profesor, escritor y poeta Gutenberg Aliaga Zegarra y algunas
personas más, por el gran esfuerzo y sacrificio de hacer realidad la Biblioteca
“Nazario Chávez Aliaga” (insigne personaje de nuestro pueblo). Gestionó, viajó
e hizo todos los entuertos que se necesita para tan difícil tarea. El Grupo
Santillana se hizo presente con 11.5 toneladas de libros, entre textos y
material educativo y obras de grandes escritores. La Universidad Complutense de
Madrid, España, se hizo presente con una buena cantidad de ejemplares. Mediante
la Municipalidad de Cajamarca, casi todos los escritores cajamarquinos se
hicieron presentes. La Municipalidad de Sucre, con Rómulo Machuca de alcalde,
traspasó los libros que tenía la entidad, pues se sabe que una buena cantidad
de libros se iban desapareciendo de gestión en gestión. Y muchos paisanos amantes de la cultura,
donaron otro tanto. Sucre se da el lujo de tener una biblioteca que muchas
provincias envidiarían y que ¡YA! quisieran tener. Sé que para muchos
coterráneos (se los escucha a media voz) Gutenberg no es su santo de devoción y
posiblemente con razón, pero hay que ser hidalgos, por su vida fructífera en
las letras y ser el “Padre” de la gestión y creación de nuestra biblioteca, ha
acallado a muchos de sus detractores.
Cuando llegaron
los libros, a los amantes de ellos, e ir rasgando con algo de miedo los cientos
de cajones, fue como abrir y descubrir tesoros inimaginables y más aún, al leer
los nombres de grandes escritores y, al menos el suscrito, embriagarme con cada
uno de ellos. ¡Mágico! Raúl, Fredy, Josheritas, Guto, Gimicho…parecíamos unos
niños con los juguetes más inmortales del mundo. Indescriptibles sensaciones.
¡Tenemos libros, Sucre tiene miles de libros!, era la noticia más agradable que
se escuchaba después de mucho tiempo. Eso merece un festejo y se lo festejó
como Baco manda. El mundo en letras estaba en nuestro pueblo y en nuestras
manos. Luego de esa paradisiaca resaca, la pregunta de cajón, “¿dónde lo
acondicionamos?”. A buscar local, alguien tiene que alquilarnos o
proporcionarnos uno, no puede estar la cultura a la deriva con el riesgo a que
se deterioren por la humedad, polvo o las polillas.
La, educadora,
señora Silvia Horna Collantes, en una reunión de urgencia, ofreció su domicilio
para que temporalmente funcionara nuestra Biblioteca, ad honoren mientras se
consiguiera un local adecuado. Desde esta pequeña tribuna la gratitud eterna. En
su domicilio funcionó por el espacio de un año calendario, siendo ella la
bibliotecaria. Es difícil reunir más de diez personas para estos menesteres
culturales, tampoco se podía abusar de la bondad y belleza de Silvia. Se invitó
al Alcalde, Rómulo Machuca Aguilar; al Sacerdote, José Estévez Vargas a cargo
de la parroquia sucrense; Directorio de ex alumnos al mando del amigo Raúl
Torres Marín; y demás simpatizantes del sueño literario. Alguien por ahí lo
llamó “Reunión tripartita”. El sacerdote, simpático él, manifestó tener dos
ambientes pero que estaban sin puertas ni ventanas y le faltaba pintura. Pues,
manos a la obra, con la ayuda de los paisanos de diferentes partes se
acondicionó los ambientes y la Biblioteca se trasladó a su nuevo local. Y vayan
a ver la afluencia de alumnos y personas amantes de las letras que frecuentan
la parroquia, para sacar su libro y escritor de preferencia. El alcalde se comprometió
a pagar el sueldo de la persona encargada, cosa que hasta ahora se viene
cumpliendo.
Hace poco nos
hemos enterado que el nuevo sacerdote ha dado plazo hasta mediados de noviembre
para que desocupen los ambientes, argumentando que necesita de éstos para su
catequesis (ni idea de lo qué es eso). En la puerta del local se puso un timbre
para avisar a la bibliotecaria que alguien necesita devolver o pedir un libro,
él lo ha desconectado arguyendo que es “molestoso”, así que hasta “miedo” nos
da acercarnos por nuestro “vicio solitario”. Y más aún, su rostro adusto y
fruncido hace que evitemos cualquier contacto con el pastor del rebaño
sucrense. Los que conocemos la parroquia no podemos explicarnos el “por qué” de
tan malévola petición de abandonar el
local, pues hay más de tres ambientes desocupados que muy bien podría servir
para eso de la catequesis. En fin…tampoco hemos caído en el plan de conversar
para llegar a un acuerdo, su personalidad es la de NO y punto, no se puede
conversar. “Padrecito, ha fallecido mi hermana y queremos hacer el sepelio a
las once de la mañana y queremos que la misita sea a las diez”, “…a las diez no
puedo, tengo un paseo con algunos feligreses”, “¿a qué hora podrá padrecito?”…este
señor, es el que se acerca puntualmente a la municipalidad cada quincena a
cobrar el usufructo del ganado lechero del fundo El Sauco, pues dice que estos
le pertenecen al Patrón San Isidro y por ley le pertenece a la iglesia.
De ahí el “Más
vale jefe (sacerdote) conocido que por conocer”, como se extraña al amigo
bohemio, alegre y servicial “Padre” José Estévez Vargas, que desde acá le
mandamos un efusivo saludo.
Wito…
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