Perú

WITOTADAS

“¿Negro, ganamos mañana?,…todavía estás soñando que Perú va ir al Mundial…, te apuesto seis cervecitas que Paraguay nos gana…es más que seguro que Gareca, de arranque, pone a Pizarro y Lobatón, dos viejísimos, la eterna argolla…”. Queramos o no, el fútbol es el deporte más fascinante de los humanos. Despierta emoción, verdadera, de optimismo y de triunfo. Hoy por la noche vamos a pedir, no sé a quién o qué sagrado, que nuestra selección gane, no importa si es por uno o cinco pepas, pero Paraguay tiene que irse triste.

Se entiende la desazón de la fanaticada, sobre todo de la juventud, que no ha visto nunca a nuestro combinado en un Mundial. Los cincuentones hemos visto o escuchado, tres. Es cierto que Pizarro y Lobatón deben ser jugadores de cambio, grandes jugadores, que pueden definir el partido en los últimos minutos del encuentro. Estos “ancianos” en el fútbol, 36 y 37 años, no pueden competir físicamente con un seleccionado rival de 20 o 25 años. “Los van a ver pasar”, como se dice en el argot pelotero, sus reflejos físicos no les van a permitir ejercer la marca adecuada. Si estos dos grandes cracks de nuestra selección entraran en el minuto setenta, seguro que cambiaría el panorama, cualquiera que sea el resultado. ¿Argolla?, el técnico, el experto, el estudioso, el señor Gareca (que lo está haciendo bien, fuera mezquindades), tiene la palabra.
Hoy queremos que los nuevos galanes de farándula, Paolín y la Foquita, estén inspirados. Que nos demuestren que valen lo que cuestan, que saben hacer goles. Que no sea sólo poses de divos aniñados y en los noventa le pongan huevos. Los paraguayos son troncos, queremos verlos hacerlos mierda, quebrarles la cintura y hacer goles de antología.

No habrá alguien, dentro de los convocados que desahueve a Zambrano. Tiene personalidad, los alemanes le han dado ese toque, el problema es cuando le sale lo peruano, intransigente y agresivo, dos buenos “placachazos” (bofetadas) y a las duchas. Al igual que a ese infantil Cueva. Y no olvidemos que Paolín, también sufre de arranques de ira. Ahí, en ellos, no se necesita de un psicólogo o especialista, dos buenas puteadas y conchamadreadas de un compañero para calmarlos. A ver si al Chito la Torre o a Velásquez, alguno de sus compañeros, le alzaban el hombro en señal de orgullo.

Todos los peruanos, hasta los que apuestan en contra de la bicolor en su interior, deseamos (con fervor) un triunfo…

Hoy ganamos

¡¡¡¡¡ Arriba Perú Carajo !!!!

Wito…