Perú

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22.12.16

WITOTADAS

No sólo los niños son crueles. Con esto de las redes sociales cualquiera es y se vuelve cruel. Hace poco nuestra realidad política nos hizo ver lo paupérrimo y bajo que llegan algunos, defendiendo lo indefendible. La crueldad peruana se hizo evidente con uno de ellos, me pasó, por interno envié el “meme”, que hacía alusión a su discapacidad y quiero pedir disculpas a los amigos que les remití, fui muy ligero. La mayor discapacidad del ser humano es su pensamiento, obtuso, corderos del poder efímero, manejables y patéticos. Son aquellos que reciben órdenes subalternas y lo defienden con una pasión estúpida, que cualquier niño de primaria se queda asombrado de ver y oír; a personas que deberían ser el ejemplo y modelo de las nuevas generaciones en moral, honor, actitud, tolerancia; hablar y tener gestos peor que las de delincuentes. Y eso es lo que están aprendiendo.

Y uno de estos es un discapacitado y pues, las personas se le han ido encima con una crueldad inimaginable, que supera cualquier límite permitido. Él mismo lo dice, “luego de esto voy a recibir todo tipo de insultos, mentadas de madre, alusiones a mi discapacidad…”. ¿Acaso él también no tiene límites o pensó que su discapacidad lo iba a poner a buen recaudo? Las redes sociales se han vuelto jaurías depredadoras y esto parece que les gustara a estos “padres de la patria”.

Los congresistas, Galarreta y Becerril, se han vuelto las piñatas de las redes. En la mayoría de los casos provocados por ellos mismos, por supuesto, con la venia de su jefa. De Becerril es mejor no decir nada, su discapacidad mental es tan notoria que no necesita presentaciones. Sin nombrar a las damas, para variar una de ellas huanuqueña, que nos quiere dar clases de anticorrupción y honestidad desde su bancada. Muchos de esta bancada con procesos de narcotráfico, enriquecimiento ilícito, violadores de los Derechos Humanos, sentenciados (la presidente de economía con apenas estudios secundarios), despotricando “contra la corrupción” del nuevo gobierno. Y como son “mayoría”, a comerse las uñas de pica, rabia y pena.

Sólo falta invitar a los escaños a  Caracol y el Cojo Denis para darnos clases de cómo no robar, no asesinar, no extorsionar, no, no…no sigo.

Felizmente aún hay libertad de expresión…

Wito…

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